Un reciente estudio publicado en The American Journal of Gastroenterology prevé que debido al mayor consumo de alcohol en la población, se duplicarán las patologías asociadas así como también aumentarán los costos de atención y muertes para 2040.
El consumo de alcohol está en aumento en todo el mundo. Y un reciente estudio publicado en The American Journal of Gastroenterology proyectó que la enfermedad hepática asociada al alcohol (ALD) se duplicará de acá a 2040, y con ella, el gasto en salud para su atención, y las muertes.
El hábito está en crecimiento, sobre todo entre las mujeres y los jóvenes, alertaron los especialistas.
Durante la pandemia, “el consumo de alcohol aumentó debido a los confinamientos, las políticas relajadas de entrega de alcohol y el trabajo desde casa”, analizaron los expertos el cuadro de situación que llevó al contexto actual. “Muchos de los que antes eran bebedores moderados se convirtieron en bebedores de alto riesgo”, destacaron.
“La idea de beber se ha normalizado en nuestra cultura”, analizó el autor principal del trabajo, Jovan Julien, investigador postdoctoral de la Facultad de Medicina de Harvard. Para él, las personas y las autoridades se volvieron “insensibles a la carga, tanto en términos de costos sanitarios como económicos”.
Julien dirigió el estudio junto con Jagpreet Chhatwal, director del Instituto de Evaluación de Tecnología del Hospital General de Massachusetts, quien si bien presentó “un escenario sombrío: una crisis económica y de salud pública y una advertencia para los planificadores y formuladores de políticas”, consideró que “los daños y las muertes se pueden prevenir”.
“Podemos reducir sustancialmente tanto la carga de morbilidad como la carga económica -aseguró-. Necesitamos intervenciones y acciones a nivel de políticas para combatir tanto la enfermedad como sus crecientes costos”.
Concretamente, el trabajo demostró que “de 2022 a 2040, se prevé que la ALD costará 880 mil millones de dólares, 355 mil millones de dólares en costos directos relacionados con la atención médica y 525 mil millones de dólares en pérdida de mano de obra y consumo económico”, según especificaron los autores del trabajo en la publicación de sus conclusiones.
Y ampliaron: “Se proyecta que el costo anual de ALD aumentará de $31 mil millones en 2022 a $66 mil millones (aumento del 118%) en 2040. Aunque la población femenina representa el 29% de estos costos en 2022, para 2040, en términos anuales, los costos femeninos aumentarían será el 43% del gasto total anual”.
“Estos hallazgos resaltan la necesidad de que los planificadores y formuladores de políticas planifiquen para el mayor impacto de la enfermedad hepática en los Estados Unidos”, analizaron los expertos.
La clave -según los especialistas- “implicaría enfoques múltiples para evitar que las personas alcancen un nivel de consumo excesivo de alcohol crónico o regular”.
Cabe aclarar que en los EEUU, el Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo define el consumo excesivo de alcohol como cuatro tragos por día y 14 por semana para los hombres y tres por día y siete por semana para las mujeres.
En tanto las pautas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) recomiendan que los adultos eviten beber por completo o lo hagan con moderación y no tomen más de dos tragos al día para los hombres o uno para las mujeres.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), apunta a que no existe un nivel de consumo saludable: no tomar alcohol es la mejor forma de evitar futuros problemas de salud.
Sin embargo, lo que más preocupa a los autores del trabajo es que “el número de muertes por causas relacionadas con el alcohol no es pequeño”. Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo, 140.000 personas mueren cada año en Estados Unidos debido al consumo excesivo de alcohol.
Y si se tiene en cuenta que los CDC informaron 106.699 muertes por sobredosis de drogas en 2021, puede observarse que las víctimas fatales por consumo de alcohol son comparables a las de la crisis de opioides.
“Las cifras de muertes tanto por causas relacionadas con el alcohol como por sobredosis de opioides no están muy alejadas entre sí -señaló Chhatwal-. Beber es socialmente aceptable y las drogas no, por lo que a la gente no se le ocurre que beber pueda ser perjudicial. Pero es claramente perjudicial”.
Fuente: Infobae