Este patógeno, presente de forma natural en el 60% de los insectos, es determinante en el crecimiento de la población de los zancudos responsables de enfermedades como el Zika o la chikungunya. Infobae dialogó con el profesor y biólogo Aurelio Serrao, responsable del proyecto pionero de esta técnica en Europa.
Unas 500 millones de personas en las Américas están actualmente en riesgo de contraer dengue, asegura la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, este número es mucho más grande, ya que se cuentan contagios en distintas partes del planeta. El mosquito Aedes aegypti no es el único culpable de extender la enfermedad. En Europa, por ejemplo, quien “rige” mayoritariamente es el Aedes albopictus, también conocido como “tigre”.
“El total de casos presuntos y confirmados de arbovirosis detectados en la Región de las Américas durante 2022 ascendió a 3.123.752. De ellos, 2.809.818 (90%) fueron casos de dengue y 273.685 (9%) casos de chikungunya”, destacó la OMS en un informe emitido durante el primer semestre de 2023. Al tiempo que señaló que estas cifras representan un “aumento proporcional de aproximadamente el 119% en comparación con 2021″. Y en 2022, esta enfermedad junto al chikungunya “alcanzaron su punto máximo”.
Ahora, de la mano del cambio climático, estas enfermedades (y muchas otras) extendieron sus “alas” en el globo. La ciencia, junto a los expertos, busca brindar respuestas hacia un problemática creciente de salud pública internacional. En este marco, las técnicas para evitar su propagación ganan terreno y una de ellas es la que utiliza a la bacteria Wolbachia, probada como no peligrosa para los humanos, para esterilizar a los machos adultos de los mosquitos.
El biólogo y profesor Aurelio Serrao, co-fundador de Biovecblok, una empresa de base tecnológica que realizó sus primeros pasos en Italia en 2016, avanza de forma segura en pos de aplicar esta técnica que ya demostró resultados alentadores. En diálogo con Infobae, el experto dio detalles sobre el proyecto llamado “Tigercorp”.
Según detalló, se trata de un método de desinfestación que no se basa en el uso de insecticidas químicos ni modificaciones genéticas de mosquitos, sino únicamente la bacteria Wolbachia, aprobada por organismos internacionales de protección ambiental, como la Agencia de Protección del Medio Ambiente y la Agencia Europea de Medio Ambiente, como forma de esterilizar a estos mosquitos machos.
“Para ser precisos, los machos que producimos no son en realidad infértiles, digamos que sólo lo son para las hembras de tipo salvaje con las que se aparean y en el entorno en el que los liberamos. Este es el efecto de la Wolbachia”, resaltó quien además es Ceo en Mosquitech, su reciente empresa en EEUU.
Según señaló, esta bacteria está “presente de forma natural en el 60% de los insectos. Ahora, lo que se descubrió hace varios años, es que si los machos de mosquito tienen una Wolbachia diferente a la de las hembras y esto induciría a esterilidad en las hembras con las que se aparean”. “Lo que hacemos en nuestra biofábrica es crear y mantener una colonia de mosquitos con una cepa de Wolbachia diferente a la de los mosquitos salvajes”, explicó.
En Europa, el objetivo es el mosquito tigre, pero en las Américas es el conocido popularmente como de “patas blancas”. “Es completamente específico de cada especie y afecta únicamente a la población de Aedes albopictus, por ejemplo, y no a otras especies como los insectos polinizadores, los mosquitos nativos y los mosquitos depredadores, que en cambio son exterminados por pesticidas sintéticos”, detalló.
Asimismo, advirtió que, a diferencia de otras medidas químicas, esta estrategia “no genera resistencias”. “Los mosquitos tigre hembras no pueden volverse resistentes a los machos TIGERCOP, ya que no pueden distinguirlos de los machos salvajes”, resaltó. “De nuestra colonia separamos los machos de las hembras y los soltamos en la zona objetivo para inducir la esterilidad en las hembras”, agregó. De esta manera, es “más sostenible desde el punto de vista medioambiental”.
El dengue: una amenaza de salud mundial
Existen cuatro serotipos de dengue (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DEN-V 4), los cuales circulan a lo largo de las Américas y en algunos casos circulan simultáneamente. Siendo que la infección por un serotipo, seguida por otra infección con un serotipo diferente aumenta el riesgo de una persona de padecer dengue grave y hasta morir, advierte la OMS.
Como se dijo, mientras en las Américas el Aedes aegypti es el principal mosquito vector para el dengue, en Europa es el Aedes albopictus. Es por eso que es esencial contar con una técnica para evitar que las poblaciones de estos zancudos sigan creciendo.
“Realmente deberíamos tomarnos el tiempo para pensar en lo que está pasando a nivel mundial, porque no sólo América Latina enfrentó un tremendo aumento de enfermedades transmitidas por mosquitos, sino que el mismo aumento ocurrió en otros continentes, también en Europa estamos enfrentando un aumento de casos de dengue sin precedentes”, reflexionó Serrao.
Sin embargo, “debido a la carga estacional de mosquitos, creo que estamos subestimando en todo el mundo el problema y realmente deberíamos abordarlo antes de que empeore. Tenemos que replantearnos las estrategias actuales y más extendidas basadas en el uso de insecticidas porque está demostrado que están perdiendo su eficacia”.
“Nuestro objetivo, al producir un elevado número de machos, es dejar que compitan con los machos de tipo salvaje para aparearse y, dado que los mosquitos hembra sólo se aparean una vez, utilizando este comportamiento particular de las hembras, buscamos esterilizar a tantas hembras como sea posible, teniendo en cuenta que un solo macho puede, en cambio, aparearse varias veces en un día”, afirmó el biólogo.
Lo cierto es que, pese a que esta técnica ya se ha utilizado en distintas partes del mundo, el grupo que lidera Serrao fue el “primero en hacerlo en Europa”, un desarrollo que realizó en colaboración con ENEA (Agencia Nacional de Nuevas Tecnologías y Desarrollo Económico Sostenible). Un ente similar al CONICET en Argentina o al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México, por citar dos ejemplos.
“Pese a que en ese momento no contábamos con los mismos recursos que otros grupos más famosos, obtuvimos resultados muy importantes y la experiencia que necesitamos para crecer e implantar todo el sistema”, afirmó el experto a Infobae. En la actualidad, estos insectos son generados, mayoritariamente, en su Biofábrica de Camerino (Italia).
Al tiempo que aclaró que “no es correcto intentar resumir ahora nuestro proyecto en la simple liberación de machos esterilizadores, porque es mucho más que eso. Un solo mosquito puede producir cientos de huevos… y creo que ahora está claro que los insecticidas no son capaces de superar esta alta tasa reproductiva”.
“Se están produciendo poblaciones enteras de mosquitos resistentes, por lo que realmente creemos que para derrotar a este enemigo, necesitamos crear conciencia, necesitamos involucrar a las comunidades, porque ahora sabemos que los efectos de nuestros machos esterilizadores pueden aumentar exponencialmente si son ayudados por las comunidades locales”, destacó.
Dengue: ante el crecimiento global, la ciencia como respuesta
Hasta el momento, existen tres técnicas con el objetivo de que los mosquitos machos se conviertan en “infértiles”: por radiación, tras modificación genética y gracias a la bacteria Wolbachia, siendo que esta última es “una herramienta totalmente natural, sin transgénicos, específica para cada especie y eficaz”, según detalló Serrao.
“Para nosotros es importante seguir desarrollando y aplicando esta técnica. Y queremos hacerlo siguiendo la lección aprendida del brote de COVID, por esta razón nuestro principal y más importante propósito, además de los aspectos tecnológicos, es reducir la brecha entre la ciencia y las comunidades, construir realmente un puente entre la ciencia y los ciudadanos”, resaltó Serrao.
Es por este motivo que resaltó que, al hablar de esta estrategia, “hay muy pocas directrices y normas que se puedan seguir, y para mí esto es realmente lo más desafiante y emocionante, porque cuanto más trabajas en ella, más ves que siempre hay grandes márgenes para hacerla cada vez mejor”.
“Por ejemplo, pensar que hace diez o quince años podíamos producir millones de machos de mosquito en una semana era ciencia ficción. Ahora no sólo lo hacemos, sino que trabajamos para aumentar el número con menos esfuerzo y estamos muy seguros de conseguirlo”, explicó el biólogo.
Es más, el experto resaltó que en la actualidad se encuentran recopilando datos para definir mejorar sus modelos. “De momento no existe una bala de plata, así que queremos personalizar distintas soluciones para distintos clientes, ya sean privados o públicos”, resaltó.
“En Italia, donde empezamos hace siete años, estamos intentando desarrollar un comercio electrónico para entidades privadas y ahora hemos abierto una nueva empresa en Estados Unidos. También hemos explorado diferentes oportunidades en Sudamérica, como es en Argentina, Paraguay y Brasil; y ahora estamos listos para iniciar nuestras operaciones también en estos países, donde la situación actual requiere una intervención rápida debido al aumento del brote de enfermedades transmitidas por mosquitos”, resaltó.
Y concluyó: “Nuestro objetivo es proteger a las personas y combatir al vector transmisor de enfermedades como el dengue, Zika y chikungunya en todo el mundo. Es una amenaza global que crece cada día, afectando a la mitad de la población mundial y esta técnica es notablemente eficaz, capaz de suprimir hasta el 95% de la población de mosquitos sin afectar en modo alguno a otras especies animales”.