El encuentro podría darse en los márgenes del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico y sería la primera vez que estén frente a frente en casi un año.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó este viernes que existe la “posibilidad” de que se reúna con su homólogo de China, Xi Jinping, en noviembre en San Francisco en los márgenes de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés).
“Esa reunión aún no ha sido programada, pero es una posibilidad”, dijo sobre este encuentro que lleva meses pidiendo, al ser consultado por la prensa durante un evento en la Casa Blanca.
Si bien se cree que los mandatarios coincidirían en la cumbre de la APEC, el gabinete chino aún no ha confirmado la presencia de Xi en el evento. Este año, tendrá lugar entre el 11 y el 17 de noviembre en San Francisco y tendrá como lema “Creando un futuro resiliente y sostenible para todos”.
Este escenario ya se vivió poco tiempo atrás cuando el Presidente chino se ausentó de la cumbre del G20 en India, otra instancia en la que se rumoreaba que podría ocurrir un encuentro y que Biden describió como una decepción.
Según trascendió de la agenda del Foro, los primeros días de la cumbre tendrán el protagonismo los ministros de Economía y de Asuntos Exteriores de los 21 miembros mientras que los jefes de Estado mantendrán sus reuniones hacia el final, el 16 y 17.
De concretarse el anuncio de este viernes, sería la primera vez en casi un año que Xi y Biden se vean. La última vez que los mandatarios estuvieron frente a frente fue en noviembre de 2022 en Bali, en los márgenes del G20 de entonces. Allí, acordaron establecer mecanismos de comunicación destinados a evitar que la competencia entre sus países -dos potencias mundiales- desemboque en un conflicto a gran escala.
Esto fue visto como un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales luego de que, durante la gestión anterior con Donald Trump, las naciones acabaran en una guerra comercial inundada de imposiciones mutuas de aranceles.
Sin embargo, a pesar de la esperanza que aquella reunión pareció dejar, lo cierto es que las relaciones se tensaron nuevamente poco después cuando, en febrero, la Casa Blanca denunció la presencia de un globo espía de Beijing sobrevolando su territorio. Según comentaron tras su derribo, y en base a las pericias realizadas sobre el dirigible, había estado en zonas donde las Fuerzas Armadas guardan sus misiles nucleares y en bases de bombarderos estratégicos, y había recopilado información confidencial gracias a sus múltiples antenas.
No obstante, China se desentendió de estas acusaciones y explicó que se trataba de un instrumento parte de una “investigación científica” que acabó en territorio estadounidense “tras verse afectado por vientos del oeste y ante la limitación de su capacidad de control”.
Más tarde, en junio, Biden se refirió a su homólogo como un “dictador”, durante un evento en Kentfield, y retomó aquel episodio de comienzos de año. “La razón por la que Xi Jinping se enfadó tanto cuando derribé ese globo lleno de material de espionaje es que él no sabía que estaba allí. Eso es una gran vergüenza para los dictadores, se desvió de su curso”, dijo entonces.
De todas formas, con el correr de los meses y en un intento por evitar una escalada en la tensión, Washington envió al secretario de Estado, Antony Blinken; a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen; y a la de Comercio, Gina Raimondo, a Beijing.
Fuente: Infobae