El 16 % de la población de Nueva Prosperina, incluyendo a estudiantes, está vinculada a bandas delictivas, según la Policía

La comunidad educativa no está exenta del crimen organizado en el distrito Nueva Prosperina, noroeste de Guayaquil. Madres de familia denuncian que a sus hijos les piden ‘vacunas’ (extorsionan) y los amenazan. Los docentes también serían víctimas de aquello por parte de estudiantes que, según la Policía, han sido reclutados por las bandas delictivas que operan en la zona.

En esta jurisdicción, según reportes policiales, operan las bandas Águilas-Fatales y Lobos-Tiguerones, que incurren en delitos como el tráfico interno de drogas, sicariato, usurpación de terrenos, asalto y robo a personas, robo de motos, robo de carros, extorsiones y secuestro.

El coronel Roberto Santamaría, jefe del distrito Nueva Prosperina, dijo este miércoles 27 de septiembre que en ese territorio hicieron un muestreo y de aquello se desprendió que el 16 % de la población, incluyendo a estudiantes, está “directa o indirectamente inmersa en lo que es una economía criminal”, Es decir, tendrían nexos con estas bandas delictivas.

Según registros de la Policía, en este distrito hay una población de 363.000 personas. El distrito está conformado por seis circuitos: Nueva Prosperina, Monte Sinaí, Flor de Bastión, Paraíso de la Flor, Nuevo Guayaquil y Fortín.

“Las evidencias nos dan cuenta de que en el interior de las escuelas se cometen este tipo de actos (en alusión a delitos) y es por eso que justamente no es una invisibilidad, es una realidad que existe ahí”, expresó Santamaría.

Entre el lunes y martes de esta semana, por disposición del Ministerio de Educación, seis planteles fiscales de Nueva Prosperina se acogieron a la modalidad a distancia por el índice de violencia criminal registrado recientemente en dicho sector. Pero desde este miércoles se dio la reanudación a la presencialidad en medio del rechazo de los padres de familia que están preocupados por la inseguridad.

No es para menos. Este es el distrito más violento de la Zona 8, integrada por Guayaquil, Durán y Samborondón. Desde el 1 de enero del año en curso hasta este martes 26 de septiembre, en este territorio hubo 484 crímenes, cifra que representa 24,61 % de las 1.967 muertes violentas registradas en toda la zona hasta ese día.

Asimismo, en Nueva Prosperina se han reportado cuatro casos de secuestros en lo que va del año. Después de Durán (tiene siete), Modelo (siete) y Florida (cinco) es el cuarto de doce distritos con más incidencia de este delito.

A profesionales como Blanca Nájera, psicóloga clínica con un diplomado en Criminología, le preocupa este reclutamiento de menores que hacen las bandas criminales y que así se vaya ampliando la población vinculada con la delincuencia.

“Empiezan a tomar poder en estas zonas grupos delincuenciales que comienzan a adoctrinar a niños, niñas y adolescentes, a tomarlos para esto de la banda y entonces se va ampliando la población que de alguna manera está vinculada a estos temas de violencia, a estos temas de banda. Y ahí me parece importante preguntar ¿por qué un adolescente o un niño podría tomar esta cuenta? Y hay muchas opciones: una puede ser por amenaza, otra puede ser por un lugar de identificación…”, expresó la especialista.

Y añadió que son varias aristas las que se deben tomar en cuenta para explicar por qué la violencia se concentra en determinadas zonas como Nueva Prosperina.

“Y me arriesgo a decir como hipótesis que puede ser también la falta de acceso y de oportunidades que se le puede dar desde el Estado a lo que serían derechos básicos, derechos básicos como el derecho a la vida, el derecho a la salud, el derecho a la educación. Y que se puedan brindar oportunidades”, mencionó Nájera.

Ella considera indispensable que el Estado en sus distintos niveles ofrezca en estas comunidades alternativas de acceso a la cultura y educación, como música, teatro y pintura.

“¿Qué quiero decir con esto?, que otras cosas se pueden ofertar a la población del sector, pero todo esto es posible siempre y cuando haya primero un derecho a una vida digna. Si una persona vive con el miedo de que va a morir no puede tener una prioridad que sea otra en ese momento. No puede pensar en su educación, no puede pensar en su futuro, porque la pregunta sería ¿qué futuro?, si todos los días corre el riesgo de morir saliendo de casa”, expresó la psicóloga.

En medio de esta problemática, la Policía trata de darse abasto para luchar contra la delincuencia. Por ejemplo, en los seis planteles que estuvieron a distancia hasta el martes en Nueva Prosperina hay ocho uniformados asignados.

Ellos vigilan los exteriores con dos motocicletas y un patrullero y realizan operativos de control en un radio de acción de 200 metros.

Sin embargo, el coronel Roberto Santamaría, jefe policial de dicho distrito, señaló que cuando surge una emergencia los agentes se enfrentan al dilema de mantenerse afuera de los planteles o ir a atender el suceso que se diera. (I)

Fuente: El Universo

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