El venidero fenómeno de El Niño podría poner en peligro la integridad física y mental de los animales de compañía.
Las lluvias causadas por el venidero fenómeno de El Niño podrían empezar en el último trimestre del año, según las autoridades ambientales ecuatorianas. A las posibles amenazas a las personas y sus bienes se les debe sumar los animales, particularmente nuestras mascotas, que dependen de nosotros para su seguridad durante situaciones peligrosas.
Una inundación no es la excepción. Perros y gatos están expuestos a ahogamientos y electrocutamientos, pero también a otros factores de riesgo, como la exposición a agua contaminada, perderse, sumo estrés e incluso abandono de sus dueños.
Cecilia Llopart, vocera del directorio de la Fundación Almanimal, recomienda ante todo que el animal cuente con un collar con su nombre y la información de contacto de su dueño.
“Ese es el pasaporte de vuelta a casa (…). De nada me sirve saber el nombre del perro o del gato si no tengo a quién llamar. Cuando alguien ve un perro en la calle con un collar y una placa, se acerca y lo ayuda”.
También recomienda tener una jaula para cada mascota que tenga la familia, pues es útil para poder transportar al animal de forma segura y dejarlo en un lugar alto donde el agua no alcance, eliminando la posibilidad de que la mascota pueda saltar, se escape o actúe de forma perjudicial para su integridad debido a su nerviosismo.
Es aconsejable acostumbrar a la mascota a que esté en su jaula y que la asocie con sentimientos de comodidad y tranquilidad en vez de estrés. Tener juguetes disponibles también podrían ayudar a calmarlo.
Existe la posibilidad de que el animal se esconda en un lugar específico del hogar, como debajo de la cama de alguna recámara, durante situaciones que le causen estrés, por lo cual es importante que los miembros de la familia estén conscientes de dónde pueden encontrar a la mascota.
Los dueños, a su vez, deben transmitir calma a sus perros y gatos. Para esto es necesario tener un plan de evacuación previo, o al menos saber dónde se puede tener a las mascotas de forma segura, e incluir provisiones (comida, medicamentos, fundas plásticas o areneros, correas) para perros y gatos en las mochilas de emergencia de la familia. Además, continúa Llopart, es imperativo no dejarlos solos.
“Ellos solos no pueden salvarse, nosotros tenemos que proveerles un lugar. Si yo sé que mi perro y mi gato ya están a salvo, ahí ya me dedico a las otras cosas de la casa que tienen valor y quiero salvar también”.
Evacuar sin ellos y dejarlos amarrados no es una opción, pues dejarlos atados y sin supervisión es condenarlos a una muerte segura. Esterilizar a los animales podría evitar que se escapen en un momento de caos.
“Una de las cosas que pedimos es que cuidado dejan a sus mascotas amarradas, es lo peor que pueden hacer. En un momento de pánico nos olvidamos de ellos y no tienen posibilidad de salvarse”.
El refugio de la Fundación Almanimal, ubicado en la vía a Samborondón, alberga tanto a perros como gatos. Llopart cuenta que un día en particular del invierno pasado las instalaciones de la fundación se inundaron y tuvieron que alojar a los gatos en sus edificios de servicios veterinarios y oficinas. La mayoría de los animales pasaron ese periodo en hogares temporales.
“Para nosotros fue una desgracia con mucho sentimiento porque nos dimos cuenta de que en esos momentos la comunidad estuvo pendiente de nosotros”, reflexiona.
Actualmente, Llopart admite que están “nerviosos” por los vaticinios de lluvias fuertes producto del fenómeno de El Niño, pues no saben si la infraestructura, particularmente los caniles de los perros, serán lo suficientemente altos para evitar que los alcance el agua.
La salud de los animales en una inundación también podría verse comprometida. Heraldo Barzola, médico veterinario, indica que el contacto con agua estancada tras una inundación podría causar leptospirosis, enfermedad bacteriana con varias cepas que es transmisible entre personas y mascotas y que suele afectar más a perros que gatos.
Aunque algunos perros pueden no mostrar síntomas y por lo tanto cumplir el rol de portadores y propagadores, pues la leptospirosis usualmente se transmite a través de la orina de un animal infectado que ingresa a un cuerpo de agua estancada.
“Hay un rango de síntomas. Hay decaimiento, pérdida del apetito, variaciones en la temperatura, primero fiebre y luego el animal cae en hipotermia. También hay alteraciones gastrointestinales y trastornos en el funcionamiento de órganos como el pulmón y riñón (…). Es una enfermedad muy dañina y agresiva”, agrega el veterinario.
En casos avanzados de leptospirosis también podrían presentarse alteraciones del sistema nervioso. La ictericia, el coloramiento amarillo de encías y ojos del animal es otro de los síntomas.
El contacto con agua estancada también podría causar cuadros dermatológicos, como infestaciones por hongos y bacterias. “Ese riesgo existirá siempre, ya sean parásitos internos, externos, bacterias, hongos, parásitos u ácaros que proliferan cuando hay ambientes húmedos, que son una fuente de contaminación de primer orden”, subraya Barzola.
El primer paso de prevención de la leptospirosis es aplicar vacunas múltiples, que protegen contra las diferentes variaciones de la enfermedad, de acuerdo con Barzallo.
Según el veterinario, esterilizar a las mascotas a tiempo evita que busquen activamente el contacto sexual con otros animales, reduciendo la posibilidad de que se escapen.
Sin embargo, el aspecto psicológico también es importante. El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades estadounidense indica que los comportamientos de animales pueden variar mucho después de un desastre, y recomienda no acercarse a mascotas ajenas sin la supervisión de sus dueños. Estos podrían morder y transmitir enfermedades como la rabia.
La variación brusca en la rutina de los animales del hogar también podría causar alteraciones en sus estados de ánimo y comportamiento. Mascotas que anteriormente eran tranquilas y amigables podrían volverse irritables debido al estrés que están pasando. (I)
Fuente: El Universo