El tricolor amarillo, azul y rojo ondeó por primera vez en nuestro territorio el 25 de mayo de 1822, al día siguiente de la Batalla del Pichincha.
El guayaquileño Gabriel García Moreno estableció el 26 de septiembre de 1860, mediante decreto ejecutivo, que la bandera nacional estaría compuesta de los colores amarillo, azul y rojo.
La primera bandera no española que flameó dentro de los territorios de lo que fue la Real Audiencia de Quito no fue el tricolor, sino la que enarbolaron los porteños en la revolución del 9 de Octubre de 1820, a través de la cual se proclamó la independencia de la ciudad de Guayaquil e inició el proceso para libertar al resto de lo que hoy es territorio ecuatoriano.
Según la Enciclopedia del Ecuador, del historiador Efrén Avilés Pino, el bicolor guayaquileño fue el que los patriotas llevaron en todas las luchas por la independencia, y flameó el 24 de Mayo de 1822 en la batalla del Pichincha.
El tricolor amarillo, azul y rojo ondeó por primera vez en nuestro territorio el 25 de mayo de 1822, al día siguiente de la batalla, por orden del general Antonio José de Sucre.
Inspiración
La bandera tricolor fue creada por los patriotas venezolanos Francisco de Miranda y Lino de Clemente para las Provincias Unidas de Venezuela, y aprobada por el Congreso Constituyente de ese país en 1811.
Miranda dio al menos dos fuentes de inspiración para su bandera, según indica el portal academia-lab.com.
En una carta escrita al conde Semyon Vorontsov en 1792, Miranda afirmó que los colores se basaban en una teoría de los colores primarios que le dio el escritor y filósofo alemán Johann Wolfgang von Goethe. El venezolano describió una conversación nocturna que tuvo con el alemán en una fiesta en Weimar durante el invierno de 1785.
Fascinado por el relato de Miranda sobre sus hazañas en la Guerra Revolucionaria de los Estados Unidos y sus viajes por América y Europa, Goethe le dijo que “tu destino es crear en tu tierra un lugar donde los colores primarios no sean distorsionados.” Procedió a aclarar lo que quería decir con esto:
“Primero me explicó cómo el iris transforma la luz en los tres colores principales […] entonces me demostró por qué el amarillo es el más cálido, noble y más cercano a la luz [blanca]; por qué el azul es esa mezcla de emoción y serenidad, una distancia que evoca sombras; y por qué el rojo es la exaltación del amarillo y el azul, la síntesis, el desvanecimiento de la luz en la sombra”.
“No es que el mundo esté hecho de amarillos, azules y rojos; es así, como en una infinita combinación de estos tres colores, nosotros los seres humanos lo vemos. […] Un país comienza de un nombre y una bandera, y luego se convierte en ellos, así como un hombre cumple su destino.”
Después de que Miranda diseñara su bandera basándose en esta conversación, recordó haber visto un fresco de Lazzaro Tavarone en el Palazzo Belimbau en Génova, que representaba a Cristóbal Colón desplegando una bandera de color similar en Veragua durante su cuarto viaje.
En su diario militar, Miranda dio otra fuente de inspiración: el estandarte amarillo, azul y rojo de los Burgers’ Guardia (Bürgerwache) de Hamburgo, que también vio durante sus viajes por Alemania.
Según el portal, la idea de la bandera está documentada en su plan de 1801 para crear un ejército para liberar la América española, que presentó sin éxito al gabinete británico. En él, Miranda solicitó los materiales para “diez banderas, cuyos colores serán rojo, amarillo y azul, en tres zonas.”
Esta misma fue empleada para la Gran Colombia (1819-1831), el proyecto del general venezolano Simón Bolívar, que unió a Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador en una sola nación.
Otros estandartes
Tras consolidarse la independencia en Ecuador, la bandera fue cambiando a medida que sucedían las revoluciones o los cambios de jefes de Estado. Guayaquil, por ejemplo, no aceptó el tricolor grancolombiano e izó, desde el 2 de junio de 1822, una bandera blanca con un cuadro superior azul, y dentro de él una estrella blanca.
Sería hasta 1830, cuando se conformó la República del Ecuador, que se retomó el uso de la bandera amarillo, azul y rojo. Pero solo duró 15 años, cuando se implementó la bandera celeste y blanco de la Revolución marcista. “Adoptó un nuevo pabellón compuesto por tres cuarteles paralelos al asta, azul el del centro y blancos los laterales, y en el del centro, tres estrellas blancas que representaban los departamentos que conformaban entonces el Ecuador: Guayaquil, Quito y Cuenca”, se explica en la Enciclopedia del Ecuador.
Esta bandera tuvo una variación a los ocho meses: de tres estrellas pasó a tener siete para representar el número de provincias que tenía entonces el país.
Pero en 1860, García Moreno decidió que se retome el uso de la bandera tricolor, para conmemorar el triunfo que ese mismo día se logró en la batalla de Guayaquil, disputada en el lugar donde ahora se ubica la plaza de la Victoria. Ahí está incluso un monumento al exmandatario.
El 7 de noviembre de 1900, para reafirmar la decisión y establecer el 26 de septiembre como Día de la Bandera, el Congreso Nacional dispuso, mediante decreto legislativo, que el pabellón nacional será sin alteración alguna el que adoptó el Ecuador desde que proclamó su independencia.
Este es el significado actual que se le atribuye a los colores de la bandera del Ecuador:
- Color amarillo: la abundancia de nuestro suelo fértil.
- Color azul: representación del cielo y del mar ecuatorianos.
- Color rojo: la sangre que derramaron nuestros héroes quienes a lo largo de toda la historia dieron sus vidas para conseguir la anhelada libertad. (I)
Fuente: El Universo