Gustavo Jalkh a Rafael Correa: “Se veía claramente que había vinculaciones políticas, mediáticas y que usaron a la Policía para ese día sublevarse”

En este nuevo episodio de ‘Conversando con Correa. Golpes de Estado’, el expresidente ecuatoriano Rafael Correa conversa con el exministro del Interior de Ecuador Gustavo Jalkh (2009-2010) para analizar el intento de golpe de Estado que sacudió el país en septiembre de 2010.

“¿A qué se hace un golpe de Estado? Se hace a la democracia”, expresó Jalkh, recordando junto con Correa las reformas que hicieron en las fuerzas policiales que, en ese momento, se encontraban en un estado deplorable. “Tú en el año 2007, y lo has dicho, recibiste un Estado en descomposición” que requería una “reconstrucción”, señaló Jalkh. Era necesaria porque la democracia no consiste solo en votar, “sino en resolver los problemas, para que las instituciones públicas funcionen democráticamente”, agregó. Pero cuando eso ocurre, “afecta a los intereses” de los que no están a favor de los cambios, indicó el invitado.

Según mencionó, uno de los objetivos principales de la reestructuración policial consistía en no dejar impunes las violaciones a los derechos humanos, porque para combatir contra la delincuencia, hay que actuar dentro del marco de la ley. “Luchar contra la ilegalidad, pero con legalidad”, ya que si no, se implementan las “soluciones parche” que no erradican los problemas de raíz, dijo Jalkh y explicó que para llevar a cabo el intento del golpe de Estado se utilizó como pretexto la ley de servicio público, que en realidad no afectaba a la Policía. Así, salió a la luz “una vinculación mediática y de grupos políticos” y fue “tan clara” que el mismo 30 de septiembre ciertos políticos “pedían la amnistía para los sublevados”, explicó.

“Entonces, se veía claramente que había vinculaciones políticas, mediáticas y que usaron a la Policía para ese día sublevarse y empezamos una jornada que significó un proceso de desestabilización del Gobierno. No solo fue una revuelta de la Policía, desembocó en una desestabilización del Gobierno y un golpe a la democracia en el país”, afirmó.

Simpatizantes del presidente Rafael Correa protestan a favor del sistema democrático tras su rescate, Quito, Ecuador, el 2 de octubre de 2010.Patricio Realpe / LatinContent / Gettyimages.ru
Por su parte, Correa compartió con Jalkh varias reflexiones que le surgieron al analizar los acontecimientos de ese momento y la situación política que vive Sudamérica. “América Latina no tiene democracias, tiene aristocracias con elecciones”, fue una de las conclusiones que expuso el expresidente ecuatoriano. La democracia no son solo elecciones, son votaciones que se llevan a cabo de acuerdo con las reglas establecidas, que se denominan Estado de derecho. “Si no hay Estado de derecho, entonces no hay democracia”, concluyó.

“Si quieren matarme, mátenme, pero no atenten contra la democracia”

Durante el programa, el expresidente recordó “la trampa” que le fue tendida bajo el camuflaje de una supuesta protesta contra la mencionada ley de servicio público, que condujo a su retención. Correa explicó que su intención era conversar con los manifestantes que, al final, no buscaban defender sus derechos laborales ni protestar contra la legislatura. De este modo, cuando llegó al cuartel policial, les dijo: “si quieren matarme, mátenme, pero no atenten contra la democracia, no destrocen la patria”.

La retención que sufrió el expresidente ecuatoriano es comparable con un secuestro, manifestó Jalkh e indicó que incluso se exigió una recompensa para dejarlo libre. La noticia de lo sucedido tuvo eco internacional y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) entendió que se trataba de un incipiente golpe de Estado, declaró el invitado, recordando las palabras del entonces presidente peruano Alan García: “Cierro la frontera porque no le pienso dar una molécula de oxígeno a los golpistas”.

Tras revivir los detalles de aquellos violentos sucesos, Correa y Jalkh reconocieron el mérito del pueblo de Ecuador en la liberación del mandatario. Al rodear las instalaciones en las que se encontraba retenido Correa, la ciudadanía quiso proteger tanto a él como la democracia. No obstante, “vimos lo que pasó, destrozaron todo el Estado de derecho, volvimos a retroceder”, señaló el exmandatario.

Posteriormente, Ecuador vivió un proceso de destrucción de las instituciones construidas desde 2007 y el ascenso al poder de Lenin Moreno, cuyo Gobierno avasalló los órganos más importantes que garantizaban el Estado de derecho. Según explicaron, ante la falta de mecanismos legales adecuados, el presidente tiene el poder de nombrar personas para casi cualquier cargo y efectivamente iniciar una dictadura. “Fue un golpe de Estado”, concluyeron.

En el programa, Correa y su invitado trataron de analizar los acontecimientos políticos latinoamericanos de los últimos años, con sus desestabilizaciones y cambios. Hay países con Gobiernos progresistas que abogan por un cambio positivo, pero no como parte de un experimento, sino porque se dan cuenta de que el sistema existente ya no funciona, resumió el presentador.

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