El cantante Miguel Bosé ha estado en el foco desde el pasado 18 de agosto, cuando su casa en Ciudad de México fue asaltada por 10 hombres encapuchados.
Este robo ha generado múltiples comentarios, hasta han relacionado la propiedad con la presentadora mexicana Inés Gómez Mont.
Ahora, Bosé dio una entrevista al programa español ‘El Hormiguero’, presentado por Pablo Motos, donde habló a detalle sobre el robo. El cantante visitó el programa para promocionar la serie ‘Bosé Renacido’, en la que expondrá su vida.
Reafirmó durante la conversación que su casa ubicada en Rancho de San Francisco, Ciudad de México, fue asaltada el viernes 18 de agosto por 10 hombres armados y encapuchados.
Explica que además del susto y las perdidas de objetos, él y su familia se encuentran bien. Denunció lo sucedido ante la fiscalía un mes después del suceso y actualmente sigue activa la investigación, hay que resaltar que algunos dicen que los ladrones estaban buscando a Víctor Manuel Álvarez Puga, el esposo de Inés Gómez Mont.
Bosé cuenta que el asalto fue dirigido por una mujer e incluso da a entender que no parecían unos delincuentes profesionales. Aclara que no hubo violencia física.
Cuenta: “Estábamos ya dormidos en mi casa y los niños estaban haciendo una fiesta de pijamas con un amigo. Rondaban las ocho de la tarde y, de repente, me despierta alguien, veo unas caras que no reconozco y estaba a punta de pistola“.
Entre risas dice que uno de los asaltantes le confesó en un momento que era su fan. Asegura que al escuchar esa frase estuvo seguro de que no pasaría nada grave.
Todos los integrantes de la familia fueron atados en una de las habitaciones de la casa y la policía los rescató dos horas después del asalta: “Una experiencia para olvidar lo antes posible, una experiencia horrible, terrorífica, que no enseña nada, peor tuvimos la suerte de que no nos pasó nada ni a mis hijos, ni a mí, ni a nadie de la casa. Eso es lo importante y el resto da igual”.
Bosé cuenta que el asalto fue dirigido por una mujer e incluso da a entender que no parecían unos delincuentes profesionales. Aclara que no hubo violencia física.
Cuenta: “Estábamos ya dormidos en mi casa y los niños estaban haciendo una fiesta de pijamas con un amigo. Rondaban las ocho de la tarde y, de repente, me despierta alguien, veo unas caras que no reconozco y estaba a punta de pistola“.
Entre risas dice que uno de los asaltantes le confesó en un momento que era su fan. Asegura que al escuchar esa frase estuvo seguro de que no pasaría nada grave.
Todos los integrantes de la familia fueron atados en una de las habitaciones de la casa y la policía los rescató dos horas después del asalta: “Una experiencia para olvidar lo antes posible, una experiencia horrible, terrorífica, que no enseña nada, peor tuvimos la suerte de que no nos pasó nada ni a mis hijos, ni a mí, ni a nadie de la casa. Eso es lo importante y el resto da igual”.
Fuente: El Diario NY
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