El ministro de Economía y Finanzas, Pablo Arosemena Marriot, ratificó que la proyección oficial actual del déficit fiscal para cierre del 2023 será de $ 2.819 millones (un 2 % del PIB), eso que se actualiza periódicamente, de acuerdo a las demás previsiones macroeconómicas. Esta cifra del déficit que será mayor a la del cierre del 2022 ($ 1.700 millones) fue mencionada en medio en aclaración a datos publicados por la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes) que considera que el déficit de final de año llegaría a $ 5.000 millones.
Cordes indica textualmente en su análisis del 1 de septiembre que “la proyección oficial de déficit fiscal ya es insostenible” y que “lo más probable es que al cierre de 2023 el déficit se acerque a los $ 5.000 millones, es decir, ronde el 4 % del PIB, el doble de la cifra que maneja el ministro Arosemena”. Y hacían hincapié en que “por responsabilidad con el país las autoridades deben reconocer la verdadera situación de las cuentas públicas”.
Además haciéndose eco del documento Panorama General de las Estadísticas de Finanzas Públicas del Presupuesto General del Estado (julio del 2022), publicado por el propio Ministerio de Finanzas, Cordes explicó que “hasta julio el déficit acumulado ha sido de $ 2.118 millones, lo que implica un deterioro de más de $ 2.500 millones, en comparación con el resultado de julio del 2022 y que fue más bien de un superávit de $ 405 millones. Ese aumento del déficit está explicado por el desplome de ingresos petroleros, que pasaron de $ 2.259 millones el año pasado y ahora han llegado apenas a $ 981 millones. Asimismo, contribuye al mayor déficit la caída de los ingresos tributarios. Estos pasaron de $ 9.174 millones a $ 8.945 millones. Paralelamente, por el lado del gasto se ha incrementado el rubro de salarios, intereses y transferencias. En este sentido, para Cordes, el déficit subirá más si se toma en cuenta que en los siguientes meses del año los gastos soy mayores.
Sin embargo, el ministro Arosemena indicó que si bien Cordes es una ONG tradicional, no es una fuente oficial. Pero también calificó a la entidad de estudios como de tener la certeza de un “horóscopo”. Que en 2017 Cordes decía que el déficit sería $ 9.000 millones y fue de $ 6.616 millones. En 2018, Cordes decía que el déficit cerraría en 5% del PIB y fue del 4 %. También mencionó que en 2021 , Cordes aseguraba que el crecimiento bordearía el 3 % y al final fue de 4,2 %.
Al comentario, José Hidalgo, director de Cordes, comentó que su análisis se ha hecho con base a cifras del propio Ministerio. Pero además indica que Cordes no es el único organismo que prevé un déficit mayor. Otros economistas como Jaime Carrera o Abelardo Pachano manejan cifras similares, y más bien aclaró que la crítica que ha hecho Cordes es, justamente, a las cifras oficiales.
Entre tanto, fuera de la polémica entre Cordes y ministro, Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal (OPF), considera que las cuentas públicas continúan un “inexorable deterioro”.
Carrera, quien hace un análisis más actual (enero-agosto 2022-2023), sostiene que los ingresos petroleros se redujeron en $1.160 millones. Asegura que si hasta agosto de 2023 ingresaron por petróleo $ 1.234 millones, “es una utopía pensar que hasta diciembre se recibirán los $ 3.626 millones previstos”.
Los ingresos tributarios también se reducen. Hasta agosto, el total de ingresos tributarios al Tesoro (no los declarados por el SRI), fueron de $ 9.911 millones y en agosto de apenas $ 1.066 millones. Si para todo el año se esperan $ 16.000 millones por tributos y restan cuatro meses de recaudaciones, recibir tal cifra es un sin sentido. También la previsión de ingresos tributarios fue ilusoria, dice. Coincide su análisis de que los gastos también se han elevado de manera importante.
Recordó que en finanzas públicas no solo se debe financiar el déficit sino también el pago de amortizaciones de la deuda pública, cuentas por pagar, CETES y otros rubros (son las necesidades de financiamiento). Además, señaló que entre las cuentas pagar hasta agosto, al IESS no se pagaron $ 1.145 millones del subsidio por el 40 % de las pensiones de los jubilados. En cambio, hasta el mes de junio que existe información, el IESS compró bonos del Estado por $ 1.400 millones.
Carrera comentó en su análisis que mantener cuentas públicas con superávit, los fondos del IESS sólidos y crecientes y una reserva internacional que al menos cubra los valores de sus dueños son elementos fundamentales para la prosperidad de la nación y la preservación de la dolarización. La curación de estas heridas es responsabilidad y producto del esfuerzo de todos. “Mirar para otro lado, profundizará las heridas y su curación será más dolorosa”, dijo. (I)
Fuente: El Universo