Entre máquinas, consolas y parlantes, encuentra su pasión todos los días. En el estudio se transforma en el conductor que puede llevar la idea del artista a ese lugar final. El que puede convertir sueños, ilusiones y sentimientos en música. Esa misma esencia busca transmitir Xross en cada creación. Nacido en Ecuador, pero enamorado de la música argentina, llegó a convertirse en el productor musical de María Becerra y a colaborar con artistas como Tiago PZK, Joelle y G Sony.
Perfeccionista, obsesivo, pero sobre todo creativo, la firma de Xavier Rosero figura en muchos de los temas que lideran las listas de las plataformas de Argentina y el mundo. No es ningún secreto, detrás de cada éxito musical está el instinto y el oído de un productor. Sin embargo el trabajo requiere más que eso. “El productor tiene una parte de psicólogo, pero hay que entender mucho a la otra persona, cómo funciona su cabeza o que está dispuesto a ceder o no. En ese sentido, con Mari hay una química especial cuando trabajamos, hay un ida y vuelta increíble. Me gusta cómo ella plantea las ideas, hay una sinergia increíble; de hecho hemos llegado a hacer cosas rápido en horas, como ‘Te Cura’. Fue algo mágico que sucedió porque tuvimos muy poco tiempo y salió muy bien todo”, explica el artista sobre la canción que compusieron para el soundtrack de la última película de Rápidos y Furiosos.
Esa relación, y preparación, es la que hizo que en cuestión de horas pudieran resolver un tema que en principio tenía la participación de tres artistas. Así, Xross montó un mini estudio en la habitación del hotel en el que se encontraban, grabaron las voces, la química fluyó y tres horas después lograron un tema que a día de hoy ya acumula más de 90 millones de reproducciones en todas las plataformas. “Ese trabajo fue muy rápido, pareciera que fuera como que se hizo nada más en tres horas, no, hay toda una preparación de años para poder resolver una situación de emergencia. Encima teníamos un deadline de Estados Unidos, que es diferente al de Latinoamérica”, cuenta el ecuatoriano.
Puede parecer poco tiempo, pero en un año y cuestión de meses la cantante y el productor construyeron una relación única. Ese primer click, que se refleja en el estudio, surgió mientras trabajaban en el último disco de Becerra. La obsesión por los detalles, pero más que nada por el sonido, los unió. “Con Mari somos panísimos, somos hermanos, literal -le dice Xross a Teleshow-. Ella tiene una conexión grande con el arte y eso jugó mucho con lo que a mí me gustaba; sumado a muchas horas de estudio, sesiones, se vuelve una especie de química. Yo ya sé el paso que va a dar y ella sabe el paso que yo voy a dar, nos anticipamos a cosas, y funciona todo tan bien que al momento que nos toca hacer una canción a las apuradas estamos preparados para resolverlo”.
—¿Te acordás cuando se conocieron?
—Sí, Mari estaba súper tímida. Yo estaba en el estudio mostrándole cosas y le explicaba que no soy un productor que muestra beats y que “móntate ahí en el beat, y cuál beat te gusta”. No. Lo contrario: “Mira, me gusta trabajar así”, y cuando hicimos click fue en la obsesión que tenemos los dos con los vocals, con las voces. La grabamos con mucho detalle, para elegir buenas frases. Conozco mucho cómo reacciona el cuerpo humano cantando, que es súper importante para que cada toma quede súper bien. Además de armonías, texturas, y cosas técnicas que en el mundo de nosotros hizo súper match. Cuando Mari percibió el amor que tengo por los vocals se le fue totalmente lo tímida y empezamos a trabajar.
—En sus temas María interpreta diferentes culturas y lenguajes, mencionó un futuro tema en francés. ¿Cómo fue trabajar ese tema con un vocablo con el que no tenemos mucha relación acá en Argentina?
—Estuvo increíble porque yo tengo una forma de trabajar que me gusta que todo sea muy real, no me gusta lo plástico. Si vamos a hacer algo en francés tenemos que sumergirnos en esa cultura, entender qué se dice, qué escritores hay, meternos en esa cultura y entenderla, así sea para escribir una sola canción. Ya teníamos más o menos el flow, cómo íbamos a tirarlo, cómo eran las melodías, cómo venía la rítmica de las cosas. Con María llamé a una profesora de francés: tiene que estar bien pronunciado. No queremos que en esa cultura nadie sienta que hicimos algo mal, sino que es todo correcto, entonces para trabajarlo fueron bastantes horas, pero Mari una campeona, sacó adelante el tema. Encima es un bolero, que tampoco era algo que normalmente hacemos.
—De este tema, ¿que fue lo más divertido y a la vez lo más difícil de hacer, de haber producido?
—Lo divertido fueron los bloopers, por cómo había que pronunciar y poner la boca: nos cagamos de risa en cada toma. Lo más difícil fueron las repeticiones para hacer que el flow sea natural porque tuvimos que aprenderlo, ella y yo, para dirigir. Hubo que aprender cómo caía la fonética, cómo caían las frases, dónde caían las consonantes. Fue lo más tedioso pero igual increíble.
Costumbres argentinas
Para Xross todo tiene un significado o un mensaje que transmitir. Desde el sonido, la letra, las referencias. Hasta su nombre, que reivindica la lucha de las comunidades afrolatinas, y tiene su propia historia. Nació en Guayaquil –Ecuador–, pero desde muy chico sus oídos fueron endulzados por las voces de Charly García, Gustavo Cerati, Fito Páez y Luis Alberto Spinetta gracias al profesor de música de su escuela, que era argentino.
Así, empezó a interesarse en la música y formar sus propias bandas. Sin embargo no terminaba de encontrar lo suyo, su lugar. No sabía qué era, pero algo lo movilizaba. Una fuerza o sexto sentido que le llamaba a corregir el ritmo de los instrumentos porque sentía que todo podía sonar mejor. Sin embargo, la ficha le cayó un día en su casa, después de ver un documental de música y de escuchar al productor Pharrell Williams.
—¿Cómo surge Xross?
—Xross tiene una connotación importante: la X la tomo de Malcom X, que es uno de mis héroes defensores de los derechos afrolatinos y afroamericanos. Justamente la X se usa para rechazar el apellido de quien compra el esclavo, por eso Malcom ponía la X en su nombre, eso significaba rechazar el apellido del comprador del esclavo. Yo lo utilice también en mi nombre porque me parece súper interesante y porque él es uno de mis héroes, con el doctor King, que más admiro y marcan mi camino. Culturalmente para mí es súper importante que esté de dónde vengo. Soy un ecuatoriano, vengo de Guayaquil, es súper importante que la gente pueda disfrutar de todo eso con lo que crecí.
—Muchos artistas destacan cómo sos como persona y lo bien que laburás. ¿Cómo construiste esa personalidad?
—Mi camino estuvo un poco complicado porque lamentablemente en mi país el arte es un ámbito muy difícil para llegar a tener éxito, más que nada porque no está tan desarrollado. El camino para mí fue muy duro porque en mi cabeza pensaba algo muy profesional y tuve que pasar tantas barreras, tantas cosas, fue tan complicado pero hermoso a la vez. Eso fue forjando mi espíritu, mi carácter y que cada cosa salga al detalle.
—¿Por qué decidiste venir a la Argentina?
—En casa mi mamá se ocupaba de que aprendiéramos un instrumento, terminé aprendiendo guitarra y en el colegio había un profesor de música que era argentino y él notaba mi interés por demás. Él me conecto con la música de su país. La historia riquísima de Argentina me volvió loco y empecé a querer conocer lugares como Plaza de Mayo, Calle Corrientes, ya había un enamoramiento ahí. Para mí no existe un lugar del mundo mejor para ver un show que no sea Argentina. En la búsqueda de producir música me quedé corto en la educación que buscaba y decidí venir acá.
—¿Y el mejor aprendizaje que tuviste acá?
—La bajada de data real fue acá en Argentina. Estaba de ayudante en un estudio. Un día estaba un productor muy groso y le pregunté dónde podía estudiar producción musical. Entonces él me dice: “No se estudia, viene de nacimiento. Ya lo tienes, pero tienes que perfeccionarlo”. Esa fue la mejor lección de mi vida, porque me hizo entender en lo que tenía que trabajar, en la interfaz que uno tiene en la cabeza, que lo que uno se imagina musicalmente, lo que está sonando en tu cabeza, tiene que pasar a la realidad, lo más parecido a tu imaginación. Perfeccionar esa interfaz es la que te vuelve mejor productor cada día.