El debate presidencial organizado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) tuvo lugar este domingo 13 de agosto. Siete candidatos a la Presidencia de la República (excluyendo a Christian Zurita, quien sería el reemplazo de Fernando Villavicencio tras su asesinato) se dieron cita a las 19:00 en el canal público Ecuador TV, en Quito.
Esta instancia es parte del proceso electoral y tiene la finalidad de preparar a la ciudadanía para su voto, escuchando las propuestas de los candidatos y los contraargumentos de los contendientes. Sin embargo, ese objetivo no se cumplió, según analistas políticos.
Medardo Oleas, experto electoral entrevistado en el programa El Mono López, en Radio City, considera que el evento de anoche no fue un verdadero debate.
“No puede ser debate cuando le hacen una pregunta sobre temas complejos, compuestos, sobre varios temas, que se responde en un minuto (…). Ese formato, más que ayudarnos a comprender cuál es la posición del candidato, nos confunde más”, expresó Oleas en la entrevista radial.
El Manual Ecuador Debate 2023 estableció una misma dinámica para los tres primeros ejes temáticos. Consiste en que el moderador leía la pregunta y cada candidato tenía 60 segundos para contestar.
El aspirante que respondía la pregunta hecha por el moderador elegía un sobre al azar con el nombre de quien le realizaría la réplica, y este último disponía de 15 segundos. La respuesta duraría hasta 45 segundos.
De acuerdo con el experto, los candidatos presidenciales debieron haber expuesto claramente sus propuestas de gobierno y luego recibir la crítica y comentarios del resto de candidatos. Pero no pudieron hacerlo debido al limitado tiempo de intervención y de los ataques verbales de los que tenían que defenderse.
“Si alguien pensó que con los debates podríamos tomar una resolución de por quién votar, yo creo que sucede todo lo contrario”, confesó el especialista.
Con Oleas coincidió Andrés Jaramillo, analista político también entrevistado en Radio City, argumentando que la cantidad de candidatos no permitió un adecuado cruce de ideas.
“El debate fue un aporte en el sentido de que le permitió a la ciudadanía no saber quién es el mejor candidato, sino quién es el peor. Varios compitieron por ese trono”, aseguró sarcásticamente el estratega.
Sin embargo, Jaramillo destacó algo positivo sobre el rol de los moderadores, Andrés Jungbluth y Gisella Bayona, quienes tuvieron la facultad de interrumpir a los presidenciables si esquivaban la pregunta: “Se frenó esta posibilidad de que los candidatos contesten otra cosa a lo que les pregunten o se dediquen a atacar a los otros candidatos”.
Agustín Burbano, un analista político entrevistado en el programa Punto noticias de Radio Pichincha, expuso un punto de vista contrario sobre los moderadores.
“Creo que el formato infantilizó a los candidatos a la Presidencia de la República”, dijo Burbano, argumentando que la moderación estuvo “controlando la libertad de expresión” de los candidatos.
Otro punto sobre el que opinó Burbano es que “en el debate había objetivos distintos para cada candidatura y no todas las candidaturas lograron cumplirlos”.
Él comentó que el objetivo de la candidata Luisa González era convencer al mismo electorado que votó por su partido en los años anteriores, y quizás a parte de los electores jóvenes que recién se introducen a la política.
Pero la candidata no lo logró durante su intervención, ya que se concentró en decir que volvería a hacer lo mismo que ya se hizo en el pasado con su partido: “La ciudadanía no tiene por qué saber qué es y cómo ya se hizo. Creo que ahí no alcanza la matriz discursiva de ‘en el pasado ya lo hicimos’”, explicó el analista político.
“Nefasta”, ese fue el calificativo de Medardo Oleas sobre la participación de la candidata.
Sobre los candidatos Otto Sonnenholzner, Jan Topic y Yaku Pérez, “creo que ellos querían ser las personas que a partir del debate lideren el pelotón de segundos lugares, el pelotón anticorreísta”, consideró Agustín Burbano, y añadió que el que se destacó al final fue Jan Topic.
De acuerdo con el analista, Topic fue preparado con números y metas y dio una buena performance, pero cometió un “error garrafal” al responder que iba a bajar la desnutrición infantil en un año y medio.
Sonnenholzner y Pérez, en cambio, no lo hicieron bien durante sus intervenciones, señaló Burbano.
Asimismo, Oleas opinó que los candidatos Yaku Pérez, Daniel Noboa, Jan Topic y Xavier Hervas fueron “prudentes”. Y Jaramillo agregó que el debate deja la certeza de que el candidato Bolívar Armijos no va a ganar en primera vuelta, a pesar de que protagonizó las conversaciones sobre el debate.
La ausencia de un candidato del movimiento Construye, al que representaba Fernando Villavicencio, también fue un tema de discusión en los análisis del debate. Christian Zurita no pudo entrar al set de televisión donde se realizó el debate ya que, según el CNE, su candidatura aún no estaba inscrita.
“No entiendo cuál es la posición del CNE, porque se debe entender que el reemplazo no es una presentación de candidaturas y no tiene que aplicarse a las normas establecidas para la inscripción de la candidatura. La ley es clara, frente a un caso emergente (Christian Zurita) debió haberse inscrito en ese momento”, planteó Oleas en el programa radial.
Andrés Jaramillo resaltó que el CNE “no estuvo a la altura de las circunstancias” cuando se necesitaba una autoridad electoral que pueda gestionar los eventos extraordinarios.
Según Agustín Burbano, la ausencia de un candidato presidencial por Construye fue revictimizante.
“Ya sufrieron una desigualdad en las condiciones electorales por la tragedia que tuvo lugar. Creo que el no tener la candidatura calificada no es un argumento fuerte para que no hayan participado en el debate de ayer”, declaró el analista. (I)
Fuente: El Universo