El ciudadano de nacionalidad colombiana falleció con nueve impactos de bala.
Uno de los tres policías que resultó herido en el ataque al candidato presidencial, Fernando Villavicencio, respondió con disparos contra el presunto autor material del asesinato del político perpetrado el miércoles anterior, en Quito.
El policía fue herido de bala, sin embargo, subió al carro para conducir el vehículo en el que se transportó al sospechoso mal herido hasta la Unidad de Flagrancias.
Villavicencio falleció la tarde del 9 de agosto luego de un mitin político en el colegio Anderson, en el norte de la capital. En total nueve personas resultaron heridas, producto del atentado que se registró en la avenida Gaspar de Villaroel y Amazonas.
El comandante General de Policía, Fausto Salinas, explicó cómo se llevaron las acciones antes de la llegada del ciudadano colombiano a la Unidad de Flagrancias, quien sería el principal sospechoso del crimen del candidato.
Ante la pregunta de un periodista de por qué no se trasladó al sospechoso a la clínica de la Mujer, Salinas respondió que por motivos de seguridad no podía ser atendido en el mismo lugar donde asistieron a la víctima mortal (Fernando Villavicencio) y a algunos de los heridos.
El agente de policía herido, con la ayuda de un militar, embarcaron en una patrulla al sospechoso, quien ya tenía nueve impactos de bala en el cuerpo.
Desde ese vehículo iniciaron una comunicación con el ECU911 para que una ambulancia se traslade al punto de llegada y que sean atendidos los dos heridos: el sospechoso y el policía que condujo el automotor.
En el lugar que bajaron al colombiano, intentaron estabilizarlo, pero falleció en el piso de esta unidad.
En redes sociales se difundieron videos del estado en el que llegó el sospechoso y se emitieron algunas hipótesis de las razones para que no haya sido llevado a un hospital.
Según los principios de Buenas Prácticas sobre la protección de personas privadas de libertad (PPL) en las Américas, de la Organización de Estados Americanos (OEA): “Las personas privadas de libertad tendrán derecho a la salud, entendida como el disfrute del más alto nivel posible de bienestar físico, mental y social, que incluye, entre otros, la atención médica, psiquiátrica y odontológica adecuada; la disponibilidad permanente de personal médico idóneo e imparcial; el acceso a tratamiento y medicamentos apropiados y gratuitos”.
El estado del herido era de gravedad, por ello decidieron llamar a la ambulancia, sin embargo, según información preliminar, el sospechoso tenía nueve impactos propinados en medio del cruce de balas en el ataque que terminó con la vida de Villavicencio y que enlutó al país. (I)
Fuente: El Universo