Mientras el país sigue consternado por el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, las actividades del proceso electoral avanzan. La noche de este domingo, 13 de agosto, los demás aspirantes a Carondelet se verán las caras en el debate, una semana antes del sufragio del 20 de este mes. Los aspirantes buscarán influenciar en la intención de voto.
El propósito del debate es que los candidatos expongan sus propuestas y argumentos, con el fin de que los electores lleguen a las urnas con información más clara.
Analistas políticos destacan que este espacio es una herramienta importante para las elecciones, que puede servir especialmente a las personas que aún están indecisas de cómo consignar su voto, ya sea a favor de un candidato, nulo o blanco.
Es que el nivel de indecisión era alto, según datos de cuatro encuestadoras registradas en el Consejo Nacional Electoral (CNE) que se conocieron al filo del plazo para presentarlos. Si el debate llega a tener algún efecto en los votantes, en siguientes mediciones es probable que el margen de indecisión disminuya.
La crítica de los expertos es que en los últimos debates, de las elecciones seccionales de febrero de 2023 y las presidenciales de 2021, los candidatos no se concentraron en lo que corresponde: justificar sus planes y mostrar sus capacidades para asumir la Presidencia. Lo que trascendió fue que respondían sin profundidad, esquivaban las preguntas, buscaban posicionar otras ideas y se dedicaban a atacarse, intentando calar en el imaginario de los electores frases despectivas, burlas, rumores e incluso falacias.
Por las experiencias pasadas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) estableció para esta ocasión que los moderadores del debate podrán interrumpir a los aspirantes que no respondan directamente y hasta les podrán silenciar el micrófono.
Para los ciudadanos que ya han decidido cómo votar es poco probable que el debate les provoque un cambio radical de opinión, comentó el politólogo Francisco Montahuano, quien considera que la ciudadaníaevaluará el liderazgo que muestren los candidatos y la candidata que corren en las elecciones presidenciales.
Es necesario que el formato del programa empuje a que los postulantes sean concretos y sinteticen sus ideas “y además demuestren que tienen conocimiento de hacer política pública”, comentó.
Los anteriores debates terminaron siendo una “espectacularización de la política”, reflejaron una falta de preparación y desconocimiento de leyes orgánicas y funcionamiento del Estado por parte de varios políticos, dijo Montahuano.
Precisó que si bien la discusión de este domingo será importante, lo más relevante para el posicionamiento de los candidatos saldrá de la conversación que surja después, en el posdebate.
No todas las personas seguirán atentas las tres horas de transmisión del evento, así que consumirán y opinarán sobre la información resumida o destacada que circulará en medios de comunicación y, en especial, en las redes sociales, señaló la politóloga e investigadora Arianna Tanca.
“Por eso, el esfuerzo de los candidatos es crear momentos que puedan ser cortos para difusión en redes sociales y en general. También eso nos sirve a los ciudadanos para ver cómo manejan sus discursos, si es algo preparado que repiten una y otra vez para llamar la atención o si realmente están explicando sus propuestas. En teoría, el deber ser de un debate es que sea una discusión de ideas, pero lamentablemente se lo toma, y a veces es parte de una estrategia de campaña, para posicionar narrativas y se vuelve a ratos un poco en un show; esa es la política real”, resaltó Tanca.
Del debate presidencial de 2021, para la segunda vuelta, quedaron para el recuerdo dos frases. Una de ellas fue “Andrés, no mientas otra vez”, dicha constantemente por Guillermo Lasso, entonces candidato del movimiento Creando Oportunidades (CREO). Y “el país o la banca”, enunciada por Andrés Arauz, quien era candidato por la coalición Unión por la Esperanza (UNES).
Esto dio paso a un sinnúmero de comentarios, memes, videos y montajes audiovisuales de todo tipo, a favor y en contra de cada candidato. Aquellas frases trascendieron de ese momento y aún ahora siguen resonando en la ciudadanía y la esfera política.
La conversación posterior a lo que ocurra este domingo dependerá de los temas, errores, aciertos y la forma como comunican los políticos. Su posicionamiento estará sujetó a su preparación y el “timing político” que manejen, puntualizó el consultor político Oswaldo Moreno.
Sin duda, el foco de este debate estará en el tema de la inseguridad que afecta al país y quién va a poder hacerle frente, tomando en cuenta el fracaso que ha tenido el gobierno de Guillermo Lasso, dijo Moreno.
El consultor reiteró que “los debates electorales son ejercicios que deben continuar; hay que institucionalizarlos y la manera de hacerlo es practicándolos permanentemente”.
Según datos del Consejo Nacional Electoral (CNE), los 38 debates para las dignidades de alcaldes y prefectos en las elecciones de febrero de 2023 tuvieron un alcance de 5,8 millones de usuarios, que siguieron las transmisiones en las cuentas oficiales del organismo en redes sociales, así como en medios de comunicación tradicionales y digitales. La entidad no dispone de cifras de la audiencia registrada en los debates presidenciales de 2021. (I)
Fuente: El Universo