El consumo de las papas nativas de las variedades yana shungo (’corazón negro’) y puca shungo (’corazón rojo’) se intenta preservar a través de su procesamiento como snacks.
Cultivadas en zonas de Tungurahua, estas variedades se han sembrado por años, pero los precios no estaban motivando a los agricultores.
Luis Montesdeoca, administrador y técnico de campo de Agropapa Tungurahua, que agrupa a alrededor de 180 productores de papa de esa ciudad, explicó que un inconveniente que se detectó es que, al llegar al tiempo de cosecha de las variedades del producto, no había el interés de compra.
Esto ha generado que se pierda el deseo por parte de los agricultores de seguir produciendo los tipos de papa nativa. Estas papas se producen en Píllaro y Quero, así como en las parroquias Juan Benigno Vela y Pilahuín, de Ambato.
Montesdeoca contó que hace poco más de diez años se hizo un convenio con una empresa con el fin de abastecer de papa nativa para la industrialización y posterior exportación.
Pero, luego del 2020, los productores vieron la posibilidad de tener una marca propia para atender al mercado local, partiendo primero de las zonas rurales. Así nació Yapu Chips, que se impulsa como una alternativa para que se siga cultivando el producto y exista un espacio para que los agricultores puedan comercializar las variedades; asimismo, para que se incentive el consumo en la población local.
En Ecuador, el consumo del tubérculo es bajo comparado con el de países como Colombia y Perú, que llegan a los 50 kilos al año por persona. En el país se llega a menos de 20 kilos por habitante.
Con el nacimiento de la marca Yapu Chips, que tiene el eslogan “Nuestro tesoro cultural”, se promueve el comercio y el consumo del producto industrializado como snack.
La idea de procesar la papa nativa tuvo el apoyo del Ministerio de Agricultura, que proveyó el centro de acopio en la parroquia Montalvo, en Ambato; mientras que algo del equipamiento contó con el respaldo de Trias y el Gobierno Provincial de Tungurahua.
Actualmente se realiza el contacto con una empresa para la distribución.
El rescate y conservación de las variedades de papas nativas yana shungo(’corazón negro’) y puca shungo (’corazón rojo’) es el resultado de proyectos realizados en conjunto entre el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap) y el Centro Internacional de la Papa (CIP).
Ambos trabajaron con el objetivo de precautelar la biodiversidad de este producto, especialmente en las provincias de Bolívar, Chimborazo y Tungurahua.
Montesdeoca explicó que las investigaciones hechas por el Iniap y el CIP desde el 2006 permitieron determinar que las papas nativas, por su pigmentación natural de color rojizo, morado o negro, tienen antioxidantes y nutrientes, como hierro y zinc. De esta forma se puede impulsar de mejor manera el consumo dentro de las dietas infantiles.
Conservación y mejoramiento genético
En las zonas rurales existen productores que hacen la conservación de las papas nativas, especialmente para el autoconsumo. Montesdeoca destacó que a los productores, que en su mayor parte no pasan de una o dos hectáreas, se les compran las variedades nativas a precios fijos durante todo el año.
Se paga entre $ 16 y $ 17 por quintal, lo que garantiza que tengan ingresos seguros a sabiendas de que en el mercado hay bajo interés comercial por estos tubérculos.
Con ellos también se promueve el uso racional de los agroquímicos para continuar en la línea de una producción limpia y orgánica. En 2022, el producto tuvo buena acogida durante un encuentro de comercio justo en Bélgica y en el congreso mundial de la papa en Irlanda.
El administrador y técnico de campo de Agropapa Tungurahua indicó que con estas prácticas se busca obtener la certificación para ingresar al mercado europeo en este 2023.
Por su parte, Mayra Muriel, responsable de comercialización y marketing en la Dirección de Producción del Gobierno Provincial de Tungurahua, dijo que se trabaja en proyectos para fortalecer la cadena de comercialización del tubérculo y así rescatarlo.
Aseguró que a través de Agropapa Tungurahua, que está legalizada en la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS), los productores se certificaron como semilleristas de papa. El aval se dio por parte del Iniap en coordinación con Trias, una fundación de Bélgica que apoya a la organización.
Muriel señaló que el objetivo de rescatar las papas ancestrales es asegurar la soberanía alimentaria y buscar alternativas de producción con una racionalización de químicos.
La funcionaria explicó que incluso con este proceso de cultivo limpio se buscará que los miembros de Agropapa se puedan certificar en las Buenas Prácticas de Agricultura (BPA) y así se pueda comercializar en otros países la papa nativa con valor agregado.
Desde el Iniap, el CIP y la Estrategia Agropecuaria de Tungurahua se promueve también la multiplicación y el mejoramiento genético, así como la selección que ciclo a ciclo hacen los propios agricultores guardando y seleccionando las mejores semillas para los cultivos. (I)
Fuente:El Universo