Rosangela da Silva, esposa del mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, denunció daños en el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial del presidente en Brasilia, tras cuatro años de gobierno de Jair Bolsonaro.
La primera dama recibió a un equipo del medio local GloboNews para resaltar lo que consideró las pésimas condiciones del edificio, obra del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer.
En este sentido, aseguró que importantes espacios de la residencia presidencial se están deteriorando. Así, mostró una ventana rota, una alfombra y un sofá rasgados, pisos de madera agrietados, un techo manchado con humedad, una sala de reuniones sin amueblar, entre otros.
«Lo que vemos es que no había cuidado, mantenimiento. Los muebles, las patas de los muebles que son de latón, no están pulidas», comentó Da Silva.
Además, señaló que varias obras de arte habían desaparecido del palacio, destacando que todos los objetos que sean retirados del edificio tienen que ser registrados, mientras que otras estaban dañadas por el sol. Lamentó también que un árbol de mandacaru, cactus típico del noreste de Brasil, plantado por Lula en su mandato anterior había sido cortado.
«El edificio es protegido«, comentó, agregando que la pareja planea hacer un listado y salvaguardar las cosas que hay dentro de la Alvorada «para que esto no vuelva a pasar, que venga un funcionario del Gobierno y saque cosas que son propiedad del Estado brasileño», agregó.
En uno de los salones también se encontraron objetos pertenecientes Bolsonaro, como un bolígrafo y una carpeta vacía que estaban sobre la mesa de la biblioteca oficial.
La primera dama afirmó estar «bastante decepcionada» y «conmocionada» por el estado de deterioro, sin embargo, anunció que se iniciarán trabajos de reformas esta semana en una parte de la Alvorada para poder mudarse en los próximos 20 días. Por otro lado, adelantó la futura reapertura de la parte pública para visitas. (I)
RT.