El camarón se consolida como el primer producto de exportación no petrolero y no minero de Ecuador.
Las ventas superan los USD 5 500 millones entre enero y octubre de 2022, según las estadísticas de ExporData, de la Federación Ecuatoriana de Exportadores.
De esos, más de USD 3 000 millones corresponden a los envíos realizados a China.
Con ese comportamiento del mercado asiáticos, el acuerdo comercial entre Ecuador y China es crucial para incrementar las ventas, pero supone enormes retos por las exigentes normas sanitarias y de otros aspectos que tienen las autoridades de ese país.
Las negociaciones de ambos países entraron en su última fase. Se han cerrado 16 de los 17 capítulos y se proyecta un potencial incremento de exportaciones cercano a los USD 1 000 millones, informó el Ministerio de Producción.
Los cambios para los camaroneros
Antes las ventas eran de USD 1 300 millones anuales, pero ahora se espera superar los USD 7 000 millones, dijo el presidente Ejecutivo de la Cámara Nacional de Acuacultura, Juan José Camposano durante la XV Cumbre Empresarial China-LAC Ecuador 2022, que se desarrolló entre el 14 y 15 de diciembre en Guayaquil. Cerca del 50% se ha ido a China.
En ese contexto, Camposano expuso que China es un merado de un tamaño excepcional, pero hay que estar preparado con la suficiente flexibilidad para adaptarse a las condiciones cambiantes y se lo logra se aspira a crecer en las exportaciones al primer destino comercial del crustáceo.
Para Camposano, uno de los temas importantes para ese país es el sanitario. “A ello les interesa que no pongan en riesgo la salud del consumidor chino. Es una promesa del presidente Xi Jinping y se lo toman en serio”.
Si la industria es flexible y se adapta, se cumplen con los estándares de calidad y se hacen las inversiones es una oportunidad para el sector.
“Una vez que la marca se posiciona y el origen es reconocido se abren las oportunidades para que otras empresas se sumen y el comercio se incremente”.
Entonces, las empresas que quieran exportar a China deberán registrar su trazabilidad y ubicar los códigos QR en los productos, que sean de fácil lectura para el consumidor y los sistemas automáticos, explicó Camposano, porque el comercio electrónico está adelantado casi una década en cualquier plataforma para China. Todo este comercio electrónico tiene siete años de desarrollo.
En los alimentos, el registro de trazabilidad, pero no es cualquiera, detalla el dirigente del gremio. La información se cargará en los servidores de China. Eso significa que se debe empezar a conversar con empresas de tecnología en China, otro de los retos del acuerdo con ese país. “Quien no lo haga o no se adapte no podrá vender”.
La flexibilidad de la industria
Camposano enumera varios retos: proceso, tecnología, cultural y financiero.
Otra implicación es el que el tránsito o transporte a China es mayor porque son muchos días de viaje para los productos, a diferencia de Estados Unidos, por ejemplo. “Son una gama de retos que hay que abordar en forma simultánea para prepararse”.
Las ventas en retail significan que Ecuador tiene que innovar y producir presentaciones amigables para el consumidor, inclusive en los canales electrónicos, de acuerdo con el tipo de familias con un menor número de personas.
Muchos hacen compras en su celular, por lo que la generación de valor agregado tiene que estar hecho a la medida de ese consumidor, que solo tenga que calentar, por ejemplo. “Debemos apuntar a generar más valor agregado. “Todos estos procesos requieren inversiones en Ecuador hacia la tecnificación para la transformación de nuestros productos”.
Camposano manifestó en esa cumbre que la influencia de la economía china es un fenómeno que ha llegado y se ha instaurado. El reto macro es saber leer las señales de China para emprender una aceleración o detectar inconvenientes generados por la enorme de demanda o de productos que los ecuatorianos puedan necesitar, inclusive en servicios.
Para él, es necesario que como sector privado se comprometa a hacer las inversiones que les permitan aprovechar el cuerdo y comprometer al Estado a acompañar a través de sus estructuras, como Agrocalidad, instituciones sanitarias y todas las instituciones que hacen acompañamiento al sector, para estar altura.
“La exigencia es a los dos, para que el aparato productivo sea verificado en origen. “A China no le gusta detectar inconsistencias en destinos. Siempre dice que hay una corresponsabilidad compartida. Yo espero que desde la estructura del Estado ayuden a verificar a ver el cumplimiento de estos estándares.
De todas las exportaciones no petroleras y no mineras, el 52% corresponde a los productos del sector de acuicultura y pesca (incluido el camarón), el 36% al sector agrícola-agroindustrial y el restante se compone de manufacturas. Entre enero y septiembre de 2022, se destaca el crecimiento del sector acuícola y pesquero en 43%, comparado con 2021, indica ExporData. Fuente: El Comercio