Simón Cueva: “Lo del IVA es sensato. La alternativa es que el país colapse”

La propuesta del presidente Daniel Noboa de incrementar el Impuesto al Valor Agregado del 12 al 15 % provocó una reacción adversa de sus aliados en la Asamblea. El exministro de Economía, Simón Cueva, explica el origen del déficit fiscal y las opciones que tiene el mandatario.

  • Simón Cueva fue el primer ministro de Finanzas del gobierno de Guillermo Lasso. En su gestión se continuó con la política económica iniciada durante la parte final del gobierno de Lenín Moreno, cuyo fin era acabar con el brutal déficit fiscal que se heredó del correísmo y que se agravó con la pandemia.

¿Cuál es la historia de este problema que se repite una y otra vez?

Hubo el boom del petróleo en el 2007 y 2008 y el tamaño del sector público creció mucho. En 2005 el sector público representaba más o menos el 23 % de la economía del país. Vino el boom y se disparó el gasto público. Se llegó al punto en que ingresos y gastos del sector público eran el 46 % del PIB. Debe ser uno de los casos de crecimiento en relación al PIB más grande del mundo. Llegó el 2014 y empezó a caer el precio del petróleo por razones mundiales. Cayeron los ingresos y los gastos siguieron por lo que se generó una deuda monstruosa. El hueco fiscal se fue agrandando y llegamos a 2019 a déficits muy grandes como del 5 % del PIB. Terminó llegando a los 8 mil millones que no es algo menor.

Y luego llega la pandemia

Sí, llegó el 2019 y la pandemia de la COVID. El Ecuador era probablemente el país más vulnerable y frágil desde el punto de vista económico. Unos países tenían acumulado ahorros, otros espacio para endeudarse y otros emitían moneda. El Ecuador no tenía reservas internacionales, fondos de estabilización, normas de disciplina fiscal y no había ahorrado durante el boom. No tenía moneda que emitir. En esas circunstancias comenzaron las conversaciones con el FMI. Si no había esa ayuda no creo que la dolarización hubiera aguantado. Y así logramos, además, solucionar el problema.

¿Cómo?

En parte por la reactivación luego de la pandemia, también por el control estricto del gasto y por la reforma tributaria. Yo salí en julio de 2022 con un déficit de 1.900 millones de dólares que es históricamente bajo para el Ecuador. Pero la segunda parte del gobierno de Lasso, lamentablemente debo decirlo, no fue económicamente responsable.

¿Cómo se evidencia esa falta de responsabilidad?

Puedo dar dos o tres señales: el déficit llegó a bajar en 2022 a 1.900 millones de dólares y en 2023, subió a casi 6.000 millones de dólares.

¿Su salida tuvo que ver?

(Ríe) Eso no se explica únicamente por una persona.

Pero algo debe haber pasado para ese derrumbe.

Hay algunas razones externas. En el mundo se hizo mucho más difícil conseguir créditos y las tasas subieron bastante por lo que el pago de la deuda se encareció. El crecimiento del mundo, además, se frenó. El precio del petróleo bajó un poco. También hubo decisiones del gobierno de Lasso que, en mi opinión, fueron desacertadas como revertir la reforma tributaria que supongo se tomó para ganar popularidad.

¿Cuánto se dejó de recibir por eso?

Unos 300 millones al año. También hubo impuestos que se vencieron y no fueron reemplazados. Se soltó el gasto público en parte por culpa del Gobierno y en parte no.

¿Por ejemplo?

La Corte Constitucional terminó aprobando una ley que subió el gasto en educación. Eso fue mucho: entre 400 y 500 millones al año. También se contrató mucha gente aunque casi todos en policía y salud.

Y eso es lo que heredó Noboa.

Noboa ya no tiene margen para atrasarse más en los pagos, que es lo que hizo Lasso para solucionar su falta de liquidez. No le queda margen para usar depósitos porque casi todo lo usaron. No hay forma de que el Ecuador salga adelante si no consigue financiamiento afuera.

¿Y los multilaterales?

Están más restringidos que nunca. Hay un montón de países en el mundo que desesperadamente necesitan plata, entre los que hay algunos muy importantes como Egipto y Afganistán. Y no somos los primeros en la fila porque esos organismos dirán ‘a usted ya le prestamos bastante, ahora déjeme financiar a otros’.

Entonces, solo queda el aumento del IVA al 15 % y la focalización de los subsidios a los combustibles.

Si el hueco fiscal va a ser de 6.000 millones y además tienes que ir pagando las amortizaciones de la deuda, lo que se necesita puede estar llegando a los 8.000 millones. Si uno ve el tamaño del hueco se hace evidente que se necesitan dos medidas grandes: la subida del IVA y focalización de los combustibles. Además, controlar el gasto público.

Si el hueco fiscal va a ser de 6.000 millones y además tienes que ir pagando las amortizaciones de la deuda, lo que se necesita puede estar llegando a los 8.000 millones”

¿Se explica la alarma brutal que ha despertado el anuncio sobre el IVA?

El IVA es un impuesto al consumo y por eso se dice que es regresivo porque afecta más a los pobres que a los ricos. En el Ecuador es un poquito distinto porque no se paga IVA en temas como comida, educación y transporte. Los estudios técnicos dicen que el IVA en Ecuador no es ni progresivo ni regresivo sino neutro. Además, el IVA es bien bajo en la región donde el promedio es del 15 %. Otra cosa es que la recaudación del IVA en Ecuador es eficiente por el cruce de facturas y se recauda mejor que en otros países.

¿Tiene alguna ventaja esta medida?

Tiene tres ventajas: su implementación es inmediata, la cobras bien porque ya se sabe cómo cobrar y está bien en relación con el promedio en la región. Yo sé que a nadie le gusta, pero si no hacemos algo vamos al caos. Y el caos es mucho más grave para los pobres. En ese sentido lo del IVA me parece sensato. La otra alternativa es que el país colapse.

¿Colapse?

Así es. Si te quedas con un hueco muy grande, llegará un momento en que el Estado no podría pagar sueldos o pensiones. Nos podría pasar lo que a Zimbabue donde por eso mismo colapsó la dolarización.

Pero lo del IVA tampoco alcanza.

Un punto del IVA da 450 millones anuales de dólares. Tres puntos da 1.300 millones de dólares y si bien aún estamos muy lejos con una medida así, los multilaterales ya podrían ayudar.

¿Y los subsidios?

Son 3.200 millones de dólares al año. Son gastos que afectan más a los de arriba que a los de abajo. Hay que ver cómo se focaliza para no afectar tanto a los pobres y para eso hay métodos. Esta medida te libera recursos que permitiría pagar sueldos, pagar pensiones, que la economía fluya mejor, pagar atrasos y que los proveedores reciban sus pagos. Sería una medida justa aunque no popular. Si uno ve lo que más le conviene al país sería, de largo, lo mejor.

(Los subsidios) Son 3.200 millones de dólares al año. Son gastos que afectan más a los de arriba que a los de abajo. Hay que ver cómo se focaliza…”

Fuente: Expresó

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