Los presidentes de RDC y Ruanda firman junto a Trump un acuerdo para poner fin al «derramamiento de sangre»

Las décadas de violencia en el este de la República Democrática del Congo han dejado una cifra que supera los diez millones de muertos y millones de desplazados, según lo expresó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante la presentación oficial de los ‘Acuerdos de Washington’. El pacto, firmado junto a Félix Tshisekedi, presidente de la República Democrática del Congo, y Paul Kagame, presidente de Ruanda, busca poner fin a uno de los conflictos armados más largos y mortales del mundo. Según consignó el medio que reportó el evento, este acuerdo fue formalizado este jueves en el Instituto de Paz de Estados Unidos en Washington.

De acuerdo con lo informado, los líderes de ambos países africanos y el mandatario estadounidense firmaron un documento que establece un alto el fuego permanente, el desarme de fuerzas no estatales y garantías para que los refugiados puedan regresar a sus lugares de origen. El acuerdo también incluye disposiciones de justicia y rendición de cuentas para quienes hayan cometido crímenes durante el conflicto. Donald Trump detalló que estos compromisos llevan gestándose desde junio y recalcó que la coordinación entre todas las partes involucradas resultó clave para alcanzar este entendimiento.

El medio detalló que el presidente Trump calificó la jornada como un momento de gran trascendencia, argumentando que el pacto representa la posibilidad de “poner fin a décadas de derramamiento de sangre” y la oportunidad de “iniciar una etapa de cooperación y armonía” entre los dos países. Trump relató que las conversaciones entre Tshisekedi y Kagame incluyeron largas reuniones privadas, tanto en el Despacho Oval como tras bastidores, y admitió que ambos líderes protagonizaron un cambio radical en sus relaciones bilaterales: “han pasado mucho tiempo matándose, y ahora van a pasar mucho tiempo abrazándose, tomándose de la mano y aprovechándose económicamente de Estados Unidos”.

El acuerdo alcanzado contempla además un nuevo marco económico, según reportó el medio. Trump subrayó que el este del Congo y Ruanda poseen grandes depósitos de minerales estratégicos, y argumentó que la cooperación económica reemplazará la disputa armada. El presidente estadounidense mencionó la firma de pactos bilaterales paralelos con Kinshasa y Kigali para “abrir nuevas oportunidades” de asociación en sectores como el de minerales críticos. Trump explicó que la participación de grandes empresas estadounidenses facilitará la extracción de tierras raras y otros activos, con beneficios compartidos entre los tres países.

Según reveló el medio, tanto Tshisekedi como Kagame expresaron su agradecimiento al mandatario estadounidense y a la sociedad norteamericana por haber facilitado este proceso de diálogo. Kagame resaltó que “nadie” solicitó la implicación directa de Estados Unidos, sino que Trump se sumó al identificar una oportunidad de impacto positivo para la región. Ambos líderes africanos destacaron la voluntad política y los esfuerzos diplomáticos desplegados durante meses de negociaciones.

Las conversaciones que condujeron a los Acuerdos de Washington se iniciaron tras una escalada bélica atribuida a la ofensiva del grupo armado M23, compuesto fundamentalmente por congoleños de origen tutsi, el cual logró ocupar las capitales de las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur. El medio precisó que este avance provocó acusaciones mutuas: la RDC responsabilizó a Ruanda de respaldar a los rebeldes del M23, mientras Ruanda sostuvo que el gobierno congoleño actúa con el apoyo de grupos armados como las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR). Este último grupo, según repasó el medio, fue fundado por hutus que huyeron de Ruanda luego del genocidio de 1994 y continúa activo en la frontera.

El acuerdo, según subrayó el medio, establece mecanismos para el desarme de estas fuerzas irregulares y apunta a garantizar la seguridad de los civiles retornados y refugiados. Los documentos firmados también prevén la creación de tribunales para investigar y sancionar los delitos cometidos durante el conflicto. Las cláusulas acordadas insisten en la necesidad de supervisión internacional y apoyo financiero para la reconstrucción de las comunidades más afectadas.

Desde Washington, el Instituto de Paz de Estados Unidos fue anfitrión de la ceremonia de firma, respaldando institucionalmente el acuerdo y comprometiéndose a acompañar el proceso de implementación, agregaron fuentes consultadas por el medio. El objetivo central es transformar la rivalidad histórica entre Ruanda y República Democrática del Congo en una etapa de cooperación que permita explotar los recursos naturales de la región en beneficio de sus poblaciones y en un entorno de seguridad.

Por último, la cobertura del medio remarcó que la consolidación de este acuerdo depende de la voluntad sostenida de las partes y de una verificación internacional que asegure el cumplimiento progresivo de todos los compromisos adquiridos tanto en el plano político como en el económico. El acto de firma representa, según los líderes presentes, un giro en la historia reciente de África central y un modelo potencial para la resolución de conflictos persistentes en otras regiones del continente.

Fuente: Infobae

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