Varias advertencias se hicieron desde el año 2022 sobre que el estiaje 2023-2024 sería más fuerte que el de ese año y que se debían realizar una serie de acciones para evitar apagones. Sin embargo, las autoridades de Energía no siguieron un camino de actuar con agilidad. Las decisiones se fueron dilatando, hasta que esta semana los primeros cortes de luz llegaron y también la incertidumbre de si estos escenarios se repetirán. Este viernes no hubo información sobre si Colombia habría accedido o no a vendernos la energía que Ecuador requeriría.
Es necesario recordar que en diciembre del 2022 y enero del 2023, el Ecuador vivió una incertidumbre por posibles problemas de generación de energía. En ese momento, la generación de energía hidroeléctrica bajó del 90 % habitual al 61 % (hoy está en 79 %). Sin embargo, con la recuperación de las lluvias de enero pasado el problema se subsanó. En ese momento un factor importante que permitió salir bien librados fue la venta de energía desde Colombia.
Desde ese entonces hubo comunicaciones cruzadas entre las autoridades del propio sector energético que alertaban sobre lo que podría venir.
Así, el 28 de diciembre del 2022 el ministro Fernando Santos, quien se había posesionado pocos meses antes, le indicaba al entonces presidente de EMCO, Joaquín Ponce, que en el sector eléctrico se habían registrado retrasos importantes en la ejecución de obras de transmisión y también indisponibilidades en la generación de varias.
Se hacía eco de un informe de la entonces viceministra de Electricidad, Enith Carrión, en el que se indicaba que se requería recuperar la central Trinitaria, la central Esmeraldas 1. Que se encontraban indisponibles la Unidad TBI Miraflores, la Unidad de Vapor Aníbal Santos, la Unidad II de la central Álvaro Tinajero, unidades TG2 y TG6 de la Aníbal Santos, Unidad TG4 de la Gonzalo Zevallos; unidades 1 y 3 de Jivino III, Unidad de la central Santa Elena III, entre otras.
Desde ese momento ya se hablaba de los riesgos de disponibilidad de combustible para las centrales térmicas, retrasos en las operaciones de Sarpullo y Alluriquín (ambas del complejo Toachi Pilatón). El ministro había pedido en ese momento un cambio definitivo de la administración de ese entonces (Nicolás Andrade) y sugerido, de entre una terna, a Gonzalo Uquillas, actual gerente de Celec.
Entre tanto, el 20 de enero del 2023 la viceministra había advertido al entonces gerente de Petroecuador, Hugo Aguiar, que si bien el estiaje que culminaba en marzo redujo la disponibilidad de generación hidroeléctrica, fue gestionado; “el nuevo estiaje que se inicia en octubre de 2023 y termina en marzo de 2024, dependiendo de su agresividad, podría volver a colocar al sector eléctrico en una posición de vulnerabilidad, haciendo necesario el empleo de todas las fuentes primarias de energía para la producción de energía eléctrica, entre estas, el gas natural”.
En este sentido le insistía en que proceda a contestar sobre la capacidad de generación de gas y que apure la concesión de campo Amistad, pues de esta manera se garantizaría la provisión de gas nacional a corto, mediano y largo plazo. Esto no ocurrió y se ha demorado el proceso. Esta semana, la concesión de ese campo tuvo un nuevo tropiezo, pedido por las empresas interesadas, debido a que los anuncios de que se importaría gas para Termogás Machala, utilizando las facilidades del campo en concesión, les habría generado dudas.
De acuerdo con Jorge Luis Hidalgo, experto energético y gerente de Green Power, empresa que participa en la concesión de campo Amistad, la falta de previsión y de planeamiento nos tiene en enorme riesgo de que continúen los apagones. Destaca que las actuales autoridades energéticas, entre ellas el ministro Santos, Gonzalo Uquillas de Celec y Gabriel Argüello de Cenace, han estado por más de diez años rotando en los más altos cargos. Por ello, dice, no pueden justificarse diciendo que no pudieron prever el tema.
Sobre el tema de la importación de gas promovida por Uquillas, y la contratación de un técnico que pudiera avalar el uso de la infraestructura de Amistad, dice que llama la atención que dé un pronunciamiento sobre un tema en el que no tiene competencia, pues no puede administrar infraestructura que le pertenece a Petroecuador. Recuerda que hay dos informes de Petroecuador que niegan esa posibilidad por considerarla antitécnica y que pondría en riesgo la producción nacional. Pero además se necesitan hacer adecuaciones en la plataforma que tomarían más de ocho meses en realizarlas, asegura. Entonces se pregunta si la idea es dar solución para este estiaje o más bien buscan boicotear la licitación de campo Amistad creando incertidumbre. En todo caso, Green Power fue una de las empresas que acaban de pedir una dilatoria del concurso, argumentando que requieren tener claridad sobre las condiciones de la infraestructura de Amistad, pues esta posible importación generaría un cambio en las reglas de juego del concurso.
Adicionalmente sostiene que una muestra del descuido que ha habido sobre la infraestructura termoeléctrica es que las dos turbinas principales de Termogás Machala estuvieron dañadas: la una hasta la semana pasada y la otra hasta el jueves. Sobre la compra de motores de forma directa, asegura que estos llegarán entre diciembre y marzo próximo. Entonces, no serían solución para el estiaje.
Considera además que depender de Colombia es un error, pues venden energía cara y el estiaje también les afecta a ellos. De hecho, hay varias voces que piden al presidente Gustavo Petro que deje de vender electricidad a Ecuador para poder aprovisionarse. “Somos el mejor ejemplo de lo que no se debe hacer. Ecuador necesita crear una estrategia de seguridad energética nacional que incluya fortalecer producción nacional de energías, aprovechar gas natural y asociado, generar políticas de eficiencia energética”, comenta.
Para Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal, el problema que vivimos ahora no es por falta de lluvia: si bien estamos en un estiaje, eso se vive todos los años y el Gobierno debió prepararse. El verdadero problema es la mayor demanda y la nula creación de oferta energética. Explica que en Ecuador tenemos una capacidad instalada con graves problemas. Por un lado están las obras multimillonarias, construidas con sobreprecio, que presentan problemas de construcción e incluso que fueron sobreestimadas. Así, por ejemplo, una Coca Codo Sinclair que tiene una gran capacidad de generación, pero no tiene agua para generar. De otro lado, ha habido un descuido de las autoridades para poner a punto el parque térmico.
Agrega que la falta de creación de una mayor generación eléctrica tiene problemas estructurales que hay que resolver, no de cara a este estiaje, sino a futuro; y también tiene aristas coyunturales.
En cuanto a lo estructural dice que tenemos un esquema legal y tarifario que no es atractivo para las inversiones. “Desde 2009 no ha habido inversión importante en la oferta energética”. Explica que aunque el fisco esté quebrado, se podría haber hecho alianzas público-privadas, o concesiones a privadas, pero avanzar de alguna manera.
Para Acosta Burneo sería importante trabajar en tres temas a futuro:
- Una legislación eléctrica moderna que cree un mercado eléctrico, pues actualmente todo lo define el Estado.
- Migrar a una matriz energética más eficiente y esta debe ser el gas natural. Considera que se debe importar gas, pues importar diésel es mucho más caro.
- Establecer tarifas de mercado y así terminar con una serie de presiones de diversos grupos que buscan subirlas o bajarlas, o tener más o menos subsidio.
En cuanto al tema de gas, según Acosta Burneo, lo que se debe hacer de manera inmediata para evitar el estiaje es que el gas llegue a Termogás Machala. Critica que desde hace meses se haya generado una pelea sobre si se puede o no importar gas y utilizar las facilidades de campo Amistad. Si no es posible, entonces se debería contratar de manera inmediata una barcaza que se pueda conectar directamente a Termogás, dice.
También se puede pensar en barcazas generadas con diésel o fuel oil. Asegura que por más caro que salga, un mayor costo tendría para el país no tener electricidad.
Sobre el tema de la electricidad de Colombia, recuerda que desde hace varios meses ya el vecino país había advertido que no nos podría entregar energía como en el estiaje pasado.
Por su parte, la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) informó el 3 de octubre, día en que se dieron los primeros cortes de luz, que diferentes unidades y centrales de generación térmica se pusieron a disposición los últimos días de septiembre con 266,8 megavatios (MW) para el Sistema Nacional Interconectado (SNI). Las unidades que recibieron mantenimiento fueron la TV3 de la central Gonzalo Zevallos, con 70 MW; la TG5 de la central Enrique García, de 96 MW; la central térmica Quevedo II, con 35 MW; y la unidad 6FA2, operada por Termogás Machala, con 65,8 MW.
En cuanto a las hidroeléctricas se realizó el mantenimiento de las unidades 1 y 2 de la central Marcel Laniado de Wind, de 71 MW cada una; unidad 1 de la central Baba, con 21 MW; unidad 4 de la central Coca Codo Sinclair, de 187,5 MW; y unidad 1 de la central Molino, con 115 MW. De esta manera, quedaron disponibles 465,5 megavatios adicionales para el SNI. El 5 de octubre volvió a funcionar una turbina de Sopladora que estaba en mantenimiento.
Fuente: El Universo
ra