El Gobierno de Venezuela exhortó a Brasil este sábado, 2 de noviembre, a “desistir de inmiscuirse en temas que solo les competen a los venezolanos”, en medio de la tensión desatada por los cuestionamientos del gigante suramericano a la reelección del mandatario Nicolás Maduro en las presidenciales del pasado 28 de julio.
A través de un comunicado, publicado en Telegram por el ministro de Relaciones Exteriores, Yván Gil, Venezuela afirmó que la Cancillería de Brasil “ha emprendido una agresión descarada y grosera” en contra del “presidente constitucional” Maduro.
Además de Brasil, otros países como EE. UU., naciones de la UE y gran parte de la comunidad internacional no reconocen la atribuida victoria de Maduro por el ente electoral nacional en las presidenciales y siguen exigiendo la publicación de las actas electorales.
A juicio de Caracas, es “inentendible el reciente comunicado” de la Cancillería brasileña, en el que criticó el “tono ofensivo” adoptado por el Ejecutivo venezolano después de que llamara a consultas a su embajador en Brasilia y criticara el “intervencionismo” de las autoridades de Brasil.
La Cancillería brasileña (Itamaraty) aclaró este viernes, 1 de noviembre, que respeta “plenamente” la soberanía de cada país y afirmó que su interés en el proceso electoral venezolano se deriva de su condición de testigo del Acuerdo de Barbados firmado entre el gobierno de Maduro y la oposición, que ha denunciado que fueron violados por el chavismo.
En su respuesta de hoy, Venezuela manifestó que el argumento expresado por Itamaraty, “autodenominándose testigos del Acuerdo de Barbados”, carece de “veracidad” y “es una artimaña de debe cesar de manera inmediata”.
Asimismo, exhortó a la Cancillería de Brasil a evitar el deterioro de las relaciones diplomáticas y a asumir “una conducta profesional”.
Este miércoles, Venezuela convocó a consultas a su embajador en Brasil, Manuel Vedell, tras rechazar unas declaraciones, que tildó de “injerencistas y groseras”, de Celso Amorim, asesor para asuntos internacionales del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
Amorim —a quien el Parlamento venezolano tiene previsto declarar como “persona non grata”— dijo durante una comparecencia en el Congreso brasileño que “el principio de la transparencia no fue respetado” en las presidenciales venezolanas, por eso la proclamada victoria de Maduro no podía ser reconocida.
Desde que se declaró el triunfo de Maduro —considerado como “fraudulento” por la mayor coalición opositora—, el gobierno de Lula ha intentado mediar en el conflicto y ha reclamado que las autoridades venezolanas publiquen las actas electorales, pedido que ha sido ignorado. (I)