Seguir subiendo la carga tributaria es insostenible para un país como Ecuador con una economía estancada. La tecnología y el cambio cultural deben ser las bases de la recaudación más eficiente y que no cargue todo el peso en los mismos.
“Que no sea por un tema de reforma que recaudo más (subir impuestos), sino porque tengo herramientas de control que permiten automatizar los cruces de información. Se debe apuntar a tener más ingresos permanentes mediante mejor control y cumplimiento. Las contribuciones temporales ayudan, pero son momentáneas”.
Con estas palabras Marisol Andrade, ex directora del Servicio de Rentas Internas (SRI), explicó, durante una reunión en la Cámara de Industrias y Producción (CIP), que Ecuador debe apuntar hacia la eficiencia, la digitalización de la administración tributaria para dejar de subir cargas a los contribuyentes.
En los últimos 15 años, el Ecuador ha tenido, en promedio, una reforma tributaria cada 8 a 9 meses; pero una economía con crecimiento mínimo o nulo ( para 2024 se prevé 0,1%) ya no aguanta más reformas que aumentan impuestos.
El enfoque debe ser, como dijo a LA HORA, Francisco Briones, otro ex director del SRI, fortalecer a la autoridad tributaria con más tecnología y mejores herramientas de manejo de datos para recaudar más, controlar mejor e incluso aumentar la base de contribuyentes.
Andrade puntualizó que todos debemos tener en mente invertir en el SRI no debe ser considerado un gasto sino una inversión.
También se necesita que otras entidades públicas como Senae (Aduanas) y el IESS vayan cambiando al mismo ritmo de mejora tecnológica del SRI, sino el intercambio de información no funciona
De 2% a 25% más de recaudación con una transformación digital
Datatorque, que es una empresa con más de 25 años de experiencia en transformación tributaria en 16 países como Nueva Zelanda, Chipre y Costa Rica, cree que en Ecuador se puede mejorar sustancialmente la administración de impuestos.
Han estimado que, con un programa de transformación digital que costaría entre $40 y $60 millones, se podría llegar a un aumento conservador de $340 millones adicionales de recaudación al año.
Raymond Marshall, VP Latinoamérica Datatorque, matizó que ese 2%, es “una estimación muy conservadora” que se hace con base en la experiencia. Sin embargo, la cifra más realista puede ir del 7% al 25% de aumento en la recaudación. El proceso completo puede tomar entre 3 a 5 años; pero los resultados se van dando en el camino.
Desde Datatorque se pone como ejemplo el caso de Nueva Zelanda. Se logró pasar de una recaudación de $54.000 millones en 2014 a $63.000 millones en 2023. El porcentaje de declaraciones presentadas a tiempo llega al 96%
A la administración tributaria de Nueva Zelanda le cuesta 43 centavos recaudar $100. Antes, en 2014, costaba 85 centavos para recaudar $100.
En Ecuador, actualmente el costo está entre 65 y 70 centavos por cada $100 recaudado.
Tener claro el contrato social en temas de impuestos
Para tener una transformación digital exitosa y recaudar más con mejores controles, se debe partir de tener claro el contrato social, es decir, por qué y para qué se recaudan los impuestos, explicó Tatiana Martin-Lope, asesora de Datatorque.
Ese contrato debe tener 4 puntos principales:
1.- El sistema tributario debe ser justo y equitativo. Cobro de acuerdo con los ingresos
2.- El Sistema debe ser transparente y con rendición de cuentas. Los contribuyentes tienen derecho a saber cuánto se está recaudando y en qué se están empleando esos impuestos.
3.- Proporcionar asistencia y apoyo. La tributación es muy complicada y la administración tributaria debe facilitarles las cosas a los contribuyentes. Entre más fácil sea declarar y pagar impuestos, más se va a recaudar.
4.- Cumplimiento y aplicación de la ley. Todos tienen que cumplir con sus obligaciones. El contribuyente debe declarar sus ingresos y pagar los impuestos correspondientes; y la administración tributaria tiene la obligación de hacer cumplir la ley a todos por igual.
Conocer el comportamiento del contribuyente es la base del cambio
La base para cumplir el contrato social es conocer el comportamiento del contribuyente. Es decir, saber cómo está configurado el universo de contribuyentes, que normalmente funciona como una pirámide:
-En la base de la pirámide están los contribuyentes dispuestos a hacer lo correcto y que quieren cumplir.
Lo mejor desde el punto de vista económico y de gestión es que la mayoría de los contribuyentes estén en la base. Esos contribuyentes se pueden mantener dentro de la ley con bajos costos a través de recordatorios, automatización y facilitación de procesos.
– En un segundo escalón están los contribuyentes que intentan cumplir, pero no siempre lo hacen. Se encuentran con trabas y bloqueos. Tienen dudas, pero no saben cómo canalizarlas. Se les olvida cuándo tienen que declarar o no saben cómo hacerlo bien.
-En el tercer escalón están los que no quieren cumplir, pero si saben que les pueden pillar, si saben que la administración tributaria realmente tiene capacidad de control y sanción, cumplen con sus obligaciones.
-En el pico de la pirámide, que se debe intentar que sea lo más pequeña posible, están los contribuyentes que de plano han decidido no cumplir con ninguna obligación tributaria.
Martin-Lope recalcó que entre más arriba subes en la pirámide, la intervención es cada vez más costosa. Por eso, se debe evitar que los contribuyentes vayan hacia allá a través de una mezcla de disuasión, incentivos (buenos servicios públicos) y normas sociales (normas no escritas dentro de una sociedad y todos creen que es lo correcto).
A la par, se debe automatizar tareas repetitivas, establecer modelos de predicción automatizados y de validación de datos.
Esto permitirá que los recursos de la administración tributaria se enfoquen en las tareas que normalmente no se pueden automatizar. Es decir, las tareas de los contribuyentes en la punta de la pirámide y que son los que no quieren pagar.
Al final lo que se debe buscar es un análisis de datos sofisticados y modelos predictivos. Eso hace que se pueda operar basándose en el riesgo de cumplimiento e identificar patrones, tendencias, anomalías. Al final se logran estrategias para intervenir lo antes posible y reducir los costos.
Desde el SRI se asegura que sí se está trabajando en un programa de transformación digital; pero todavía no se puede aprovechar toda la información disponible.
El SRI asegura que está trabajando en la transformación digital
María Fernanda Parra, miembro de un equipo multidisciplinario de la parte tecnológica y de gestión del SRI, explicó, durante una reunión en la Cámara de Industrias y Producción (CIP), que se está avanzando en un programa de transformación digital.
En los últimos años el enfoque ha sido en facilitar los servicios a los contribuyentes, puntualizó Parra, es decir, mejorar las funcionalidades de la página y digitalizar trámites, entre otros
Ahora, el reto es usar la información que ya se tiene. Se está trabajando en una herramienta que permita aprovechar toda la información que proporciona la facturación electrónica, por ejemplo.
En concreto, a través de un proyecto de data analytics, se busca aprovechar información de varias fuentes como bancos, otras instituciones públicas y privadas, pero sobre todo la facturación electrónica que es considerada una mina de oro; “pero que todavía no se ha podido explotar”. Se aspira que la implementación comience a caminar a inicios 2025
“Debemos ir a un proceso masivo de automatización y cruce de información. Hoy por hoy estamos haciendo bajo demanda y mañana vamos a tener problemas de control”, aseveró Parra.
También se deben continuar con los esfuerzos de cambio de plataformas internas, muchas de ellas obsoletas, pero eso toma tiempo
Otro asunto que se debe resolver es que el nivel tecnológico del SRI no es comparable al nivel de instituciones como Senae. Por eso, la transformación para controlar mejor y recaudar más también debe pasar por integración tecnológica con las Aduanas e incluso en ciertos procesos administrativos. (JS)
Fuente: La Hora