Ecuador deberá pagar a multilaterales, mercados financieros y bancos al menos $ 17.749 millones en los siguientes cinco años. Así lo revelan los datos de vencimientos publicados por el Ministerio de Finanzas sobre deuda pública. De acuerdo a los datos, $ 11.029 millones corresponden a pago de amortizaciones y $ 6.720 millones a intereses de la misma deuda.
Solo en 2024 el pago de amortizaciones e intereses debe ser de $ 2.726 millones; el 2025 se deben pagar $ 3.368 millones y para el 2026 la cuenta sube a $ 4.010 millones.
Los abultados pagos se presentan en un momento de baja liquidez en la economía y en un circunstancias en las que el país no tiene acceso a crédito, con un riesgo país que está alrededor de 1.700 puntos (cifra baja si se compara con los más de 2.000 puntos a principios de mes), que es alta para poder conseguir recursos del mercado financiero.
En medio del debate sobre un posible incremento del IVA, así como de la revisión de subsidios u otras medidas para intentar cubrir el déficit, desde ya hay voces de diversas bancadas de la Asamblea que hablan de un reperfilamiento de la deuda (extender los pagos), en el caso de los socialcristianos e incluso de una default (moratoria de la deuda) al menos mientras dure la guerra interna, en el caso de la bancada correísta.
Sin embargo, estas opciones son poco probables de acuerdo con Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal (OPF).
Carrera explica que para poder acceder a financiamiento de multilaterales debe haber señales potentes por parte del país. Eso es un alza del IVA y no solamente, de un punto, sino de los tres puntos propuestos inicialmente. Además de eso, trabajar en el tema de la focalización de los subsidios a los combustibles. Para el experto, si no hay una reducción sostenida del déficit fiscal será imposible que el país pueda sobrevivir. También considera que sería un error de los multilaterales entregar recursos importantes al país sin que este se comprometa efectivamente a realizar reformas estructurales en la economía.
Recordó que los multilaterales ya cometieron ese error en la pandemia cuando entregaron recursos confiando en que los gobiernos harían las reformas a futuro y, al final, esto no ocurrió. “El FMI se arrepiente de haber sido tan flexible”, explicó.
Entre tanto comentó que el riesgo país ha caído por la intención que ha mostrado el Gobierno de subir el IVA y del propio anuncio de revisar los subsidios. Sin embargo, los 1.700 puntos que ha alcanzado no son suficientes para poder emitir deuda a una tasa razonable. Un score conveniente para poder emitir bonos de deuda sería entre 300 y 400 puntos de riesgo país. Un ejemplo reciente de esto ha sido la colocación de $ 7.500 millones por parte de México, al 6%.
De otro lado, considera que hay un mensaje contradictorio en el discurso del gobierno pues está hablando de un reperfilamiento de deuda. De acuerdo con Carrera no hay espacio para un reperfilamiento de la deuda. Por un lado, los bonos de deuda externa que ascienden a $ 23.000 millones, fueron recientemente reestructurados y no hay espacio para un nuevo proceso. En cambio con los multilaterales, no es posible pero sí se podría acceder a mayor financiamiento para poder cumplir con los pagos de intereses y amortizaciones a futuras. Este año, Ecuador debe pagar $ 1.000 millones al Fondo Monetario: $ 500 millones de intereses y $ 500 millones más de amortizaciones (pago de capital).
De acuerdo con Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal, la deuda pública del SPNF como porcentaje del PIB se redujo. A noviembre de 2023, el endeudamiento cerró en $60.800 millones, 50,85% del PIB. A diciembre de 2022, fue de $62.400 millones o 53,8% del PIB. Esta tendencia debe ir a la baja pues en el Código de Planificación de Finanzas Públicas (Coplafip) se establece que la deuda pública debería retornar al 40% del PIB en 2032.
Además asegura que con el actual riesgo país, las opciones de financiamiento son limitadas. Ecuador ya ha usado la mayoría del cupo disponible con multilaterales, aunque todavía hay fondos de emergencia para El Niño (FMI y BID) de aproximadamente $ 500 millones cada una y un fondo de resiliencia del FMI que podría ser de unos $ 1.300 millones (esta línea solo si entramos a nuevo programa con FMI). Para Acosta Burneo, la clave es tener acceso a financiamiento e ir poniendo las cuentas en orden porque las amortizaciones empiezan a subir de manera importante desde 2025. Este tema no sería un problema si Ecuador tuviera suficiente acceso al crédito para poder ir sustituyendo esa deuda por otra en mejores condiciones o hacer rollover.
El costo de un default para un país que depende del financiamiento externo sería enorme. Obligaría a un ajuste fiscal desde el lado del gasto, justamente lo que los gobiernos se han negado a hacer hasta ahora.
Para Acosta, la escasez de financiamiento obligará al Gobierno a acudir permanentemente al financiamiento interno (Biess y sistema financiero vía encaje bancario y coeficientes de liquidez). Así el Gobierno será el mayor demandante de crédito interno y por lo tanto el mayor competidor por ahorro interno y mayor presión al alza en tasas de interés.
Fuente: El Universo