Este lunes 11 de diciembre la Asamblea Nacional de Francia debate si vetar o no un proyecto de ley migratorio propuesto por el Ejecutivo de Emmanuel Macron. El proyecto de ley ha sido criticado tanto por la izquierda, que considera que viola los DD. HH. de los migrantes, como por la derecha, que lo considera poco estricto. De bloquearse, supondría un duro golpe para la segunda legislatura del mandatario.
Tras meses de discusiones, este lunes el controvertido proyecto de ley migratorio llegó a la Asamblea Nacional de Francia, donde deberá ser debatido. No obstante, cabe la posibilidad de que los grupos de oposición de izquierda y de derecha se asocien en una votación para dar un revés al que es uno de los proyectos estrella de este segundo mandato del presidente de Francia, Emmanuel Macron.
“Sería una negación de la democracia”, subrayó el ministro de Interior, Gérald Darmanin, en una entrevista a la emisora ‘Europe 1’ respecto a la hipotética alianza de la oposición.
Darmanin ha defendido en repetidas ocasiones este texto, destinado –según el político– a facilitar la expulsión “de aquellos que no tienen un buen comportamiento” y la integración “de los que sí lo tienen”.
“¿Queremos devolver a sus países de origen a los extranjeros delincuentes? Si se adopta el proyecto de ley de migración, será posible devolver a 4.000 delincuentes extranjeros adicionales cada año. Un gran paso adelante para proteger a nuestros conciudadanos”, apuntó el funcionario a través de redes sociales en una postura criticada por grupos de defensa de DD. HH. de los migrantes.
Los ecologistas, en bloque con la izquierda, rechazan el texto y lo acusan de pretender facilitar y acelerar las expulsiones de migrantes irregulares, motivo por el que han presentado la moción de rechazo.
Si la izquierda y la derecha se unieran en torno a esta moción, podría ser adoptada e interrumpir inmediatamente el examen del proyecto de ley y de todas sus enmiendas –más de 2.600–, previstas para discutirse durante dos semanas.
Las discusiones deberían continuar entonces sobre la base del texto del Senado, controlado por la derecha, que propone un texto mucho más restrictivo que el de la comisión actual.
“Hay argumentos a favor y en contra. El argumento ‘en contra’ es que obviamente queremos debatir las contradicciones del señor Darmanin”, resumió la líder de la extrema derecha Marine Le Pen el domingo.
Durante una ceremonia para conmemorar el 75º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos el domingo, el presidente Macron defendió la propuesta de ley.
“Francia conserva su larga tradición de ofrecer asilo a todos aquellos cuyos derechos se ven amenazados en su propio país, y continuaremos defendiendo este derecho de asilo”, afirmó sobre la nueva ley.
Temores a una mayor estigmatización
Pero muchos ciudadanos no lo ven con buenos ojos. Con esta nueva ley –o una aún más dura de la derecha–, los migrantes indocumentados temen que la reforma los estigmatice aún más.
El proyecto de ley contempla la facilitación de la expulsión de extranjeros considerados peligrosos, la regularización de la situación de los trabajadores indocumentados en sectores con escasez de mano de obra y la aceleración de los procedimientos de solicitud de asilo.
Además, introduciría una cuota anual de llegadas de migrantes y eliminaría toda cobertura médica para personas indocumentadas, excepto la de emergencia.
“La mayoría de los migrantes indocumentados pagamos el seguro social y los impuestos sin beneficiarnos de servicios como el servicio público de salud (…) El Gobierno de Emmanuel Macron nos trata como si no fuéramos nada, pero nosotros hacemos las tareas sucias, en los sitios de construcción, trabajando en restaurantes y como limpiadores”, apunta Ahmada Siby, originario de Mali que reside en Francia, al medio ‘Deutsche Welle’.
Por eso, decenas de personas salieron a manifestarse ante la Asamblea Nacional al inicio del debate. Como algunas organizaciones de defensa de DD. HH., muchos ciudadanos piden que se respeten los derechos y la dignidad de las personas migrantes, tanto las que documentadas como las que no.
Los detractores de la ley también acusan que esta puede fomentar el discurso de odio y la estigmatización contra los migrantes, ya que permite más fácilmente la expulsión de los extranjeros que hayan cometido crímenes.
La ley contempla incluso expulsar a los migrantes que llegaron a Francia antes de los 13 años, como fue el caso del presunto militante islamista nacido en Rusia que mató a Dominique Bernard, un profesor de la localidad de Arras el pasado octubre.
Fuente: France 24