El proyecto hidroeléctrico Santiago, una gigantesca central planificada en la cuenca oriental de la cordillera de Los Andes, debería ya estar funcionando, dice el ex ministro de Energía René Ortiz sobre las demoras en las inversiones en el sector, que de haberse realizado hubieran frenado la programación actual de racionamientos.
Es el momento de la apertura de la inversión privada en la generación, transmisión y distribución de energía, manifiesta Ortiz, quien fue titular de la cartera de Energía en los gobiernos de Jamil Mahuad (1998-2000) y Lenin Moreno (2017-2021).
La estimación del costo de la etapa uno del proyecto Santiago de 2.400 MW (megavatios) es de 3.052,9 millones de dólares. Sería la central hidroeléctrica más grande en la historia del país.
Está planificada para que sea construida en los cantones de Tiwintza, Limón Indanza y Santiago de Méndez, de la provincia de Morona Santiago, en un periodo de seis años.
Respecto a las apagones, Ortiz advierte que dos factores se conjugaron. El primero es la negativa de Colombia de vender energía a Ecuador por lo que el sistema interconectado andino no funcionó. El segundo factor es el adelanto de la época de estiaje que en el país se da normalmente durante el primer trimestre de cada año.
“El sistema interconectado andino no ha funcionado en esta ocasión por la intervención política, en mi opinión. No se ha visto esto antes que un presidente de la República, en este caso el de Colombia, diga que no se le venda más al Ecuador los kilovatios que necesitamos”, asegura Ortiz.
El vecino del norte tiene como presidente al izquierdista Gustavo Petro.
¿Estos racionamientos eran inevitables?
Iniciemos con el tema del sistema interconectado entre Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, diseñado para precisamente atender las necesidades de generación eléctrica que se encontraran deficitarias en uno de estos países por circunstancias de cualquier índole, pero la más importante: por el peligro de estiajes que se repiten en nuestras naciones influenciados por el clima. Este sistema no ha funcionado en esta ocasión por la intervención política, en mi opinión. No se ha visto esto antes que un presidente de la República, en este caso el de Colombia, diga que no se le venda más al Ecuador los kilovatios (kW) que normalmente se solicitaban durante las épocas de estiaje, como lo han hecho en su momento Perú y Colombia. Estos kilovatios que se necesitan dentro de este sistema de interconexión andina son pagados por adelantado. Ocurrió en 2020 cuando era ministro pero al revés, vendimos más de 800 millones de dólares de kilovatios a Colombia porque teníamos disponibilidad y había pagado de manera adelantada lo que necesitaba. Este es un primer síntoma de una disfuncionalidad del sistema interconectado andino. Nadie lo ha mencionado, pero esto debería funcionar.
¿Qué hemos dejado de hacer, lo que deriva en estos racionamientos?
Hay un factor fuera de la planificación del estiaje periódico en Ecuador. En la cuenca del río Paute se adelantó el estiaje con menos lluvias, estos caudales que se iban mermando poco a poco llegaron a un límite en el que si baja de un cierto nivel el caudal del río Paute, que alimenta tres generaciones en cadena de suministro de electricidad, evidentemente tendría un impacto mayor. Entonces, ya se van sumando dos efectos totalmente inseparables e inesperados. Cuando se tiene por un lado una intervención política de Colombia de no vender energía al Ecuador y un adelanto del estiaje, estos dos elementos combinados ya ponen una alerta mucho más riesgosa de apagones. De ahí que ya hay paros programados del servicio de energía.
¿Por qué Colombia no quiso vender la energía que requería Ecuador?
La prohibición es porque dicen que también van a tener estiaje, lo que es muy cierto, pero sin duda nosotros pudimos haber dicho lo mismo en 2020 cuando les vendimos. La intervención política es la que entorpece el manejo técnico, esa es la razón.
El presidente electo, Daniel Noboa, cuestionó durante la campaña que no se ha invertido en el sistema de transmisión y de redes para aprovechar el potencial de las hidroeléctricas.
Lamentablemente el estatismo en el manejo de ciertas partes del sistema eléctrico ha sido un estorbo para que el país pueda mantener coherencia entre la generación y la transmisión. Una cosa es tener las capacidades para generar electricidad en las centrales hidroeléctricas que tenemos y otra muy distinta es que haya la capacidad de transmisión. Se dice que el sistema interconectado llega prácticamente al 97 % de la población, pero esto no es suficiente. En el sistema de transmisión se produce un déficit, una incapacidad de transmitir los kilovatios que se generan en las centrales.
¿Es posible la conversión hacia fuentes de energía renovables menos contaminantes?
Todo este proceso de transición energética sustentable en el que está inmerso el planeta, que conduce hacia una masificación eléctrica, tropieza aquí, en Estados Unidos y en cualquier otro país con el problema principal, la obsolescencia del sistema de transmisión; ya en Estados Unidos ha quedado clarísimo que este es el estorbo principal. Se tienen que hacer inversiones gigantescas para poder adaptar el sistema de transmisión que se necesita dentro de todo este proceso de cambio, Ecuador no está exento de esto. El estatismo es tan lento e inclusive obstaculiza estos sistemas normales que pudieran estar adaptados a tecnologías mucho más modernas que ya se han desarrollado. Si las corporaciones estatales no tienen capacidad de estar al día en los cambios tecnológicos, evidentemente esto agrava la situación de desesperación y angustia.
¿Qué pasos deben darse para que ya no haya racionamientos?
Afortunadamente este estiaje, como lo conocemos, no dura mucho tiempo, solamente aproximadamente un trimestre del próximo año, y lo que se ha adelantado ahora que son estos meses de finales del 2023. Pero como dice el presidente electo hay que tomar al toro por los cuernos, hay que acabar con el estatismo y la corrupción que ha sido descubierta en el sistema eléctrico que maneja la generación, transmisión y distribución de electricidad en Ecuador.
Pero hay además centrales hidroeléctricas pendientes.
Ecuador es un país bendecido en recursos naturales, lo que se debe hacer es aprovechar. En manos de la empresa estatal esto no funciona, se demora, como hemos visto se ha demorado. Podríamos ya haber tenido el proyecto Santiago funcionando, una gigantesca central desafortunadamente en el mismo lado de la cuenca oriental de la cordillera de los Andes. Lleva años en el plan maestro, sin embargo no se resuelve. Así hemos visto entorpecimientos del estatismo en Celec (Corporación Eléctrica del Ecuador EP) en relación con la utilización de energías renovables. En diciembre del 2020, en mi administración, se adjudicó el proyecto privado de generación solar fotovoltaica en las escombreras de El Aromo (en Manta). Se han demorado más de dos años para la firma del contrato que yo mismo dejé adjudicado. No sé cómo se quedan entrampados los estatistas y no facilitan que el sector privado podría haber iniciado el proceso de construcción de este complejo, son 200 megavatios de paneles solares para la generación. Lo mismo ocurre con la adjudicación del sistema de energía eólica en Loja, son 135 megavatios detenidos, estropeados, entorpecidos por el estatismo de la empresa estatal. Creo que ha llegado el momento de dar un paso firme a la participación más agresiva y promovida de la inversión extranjera en la generación eléctrica de energías renovables y no renovables.
El país no logra superar los apagones, usted fue ministro de Energía en el gobierno de Sixto Durán-Ballén (1992-1996) cuando se dieron.
Tuvimos paros programados en la administración del presidente de la República Sixto Durán-Ballén, allí se dio algo muy peculiar, la hora Sixto, se llamaba así, se tuvo que adelantar el huso horario para aprovechar un poco más de la luminosidad. Ahora se está repitiendo.
Fuente: El Universo
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