El último análisis revela que, pese a los esfuerzos de los países de acogida, quienes salen de Venezuela corren el riesgo de ser víctimas de abusos, tráfico de personas, reclutamiento forzado y violencia de género
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) han detallado en un reciente informe que más de cuatro millones de personas procedentes de Venezuela tienen serios problemas para cubrir sus necesidades básicas una vez salen del país.
El último análisis sobre las necesidades de refugiados y migrantes de 2023 desvela que pese a los esfuerzos de los países de acogida para regularizar e integrar a todas estas personas, la crisis mundial y regional afecta especialmente a quienes salen de Venezuela, que también corren el riesgo de ser víctimas de abusos, tráfico de personas, reclutamiento forzado y violencia de género.
Así, aunque “las iniciativas de regularización en la región son el camino hacia una vida digna”, tal y como señala el representante especial conjunto de la OIM y ACNUR para Venezuela, Eduardo Stein, el 60 por ciento de los venezolanos con documentación en regla no tiene un acceso adecuado a los derechos básicos.
“El hecho de que la mitad de las personas venezolanas en la región enfrenten barreras para recibir atención médica y no puedan permitirse tres comidas al día o acceder a una vivienda adecuada, evidencia la urgente necesidad de apoyo internacional”, dijo Stein.
El estudio, realizado por la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para los Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), evidencia que pese a los “resultado positivos” de estas iniciativas, un tercio de los venezolanos refugiados en América Latina y el Caribe no han podido regularizar aún su situación, lo que impide que puedan acceder a trabajos bien remunerados.
Esta situación ha provocado, por ejemplo, que el 19 por ciento de los menores de edad de estas familias hayan dejado de acudir al colegio por empleos informales y mal remunerados para ayudar a la economía familiar.
“Los países de la región necesitan urgentemente una mayor financiación”, reclama un informe, en el que se alerta de que de los 1.720 millones de dólares solicitados por R4V apenas se ha recibido el 12 por ciento de estos fondos.
Según cifras oficiales y estimaciones de los países de acogida y de la Plataforma R4V, hasta agosto de 2023 había más de 7,7 millones de personas refugiadas y migrantes procedentes de Venezuela en todo el mundo, de las cuales más de 6,5 millones de ellas se encuentran en 17 países de América Latina y el Caribe.
Migración en América Latina
Recientemente se presentó el informe “¿Cómo les va a los migrantes en América Latina y el Caribe?”, realizado por el BID, la OCDE y el PNUD. Ana María Ibáñez, vicepresidenta de sectores del BID, aseguró que el proceso migratorio en la región es el “más grande la historia no solo por la cantidad sino por el corto tiempo en el que se da”.
Según se destacó en la presentación, los resultados demostraron muchas diferencias según el caso de los países de acogida y de salida. Es difícil encontrar tendencias generales, explicaron los expertos.
Entre 2010 y 2020 la cantidad de migrantes pasó de 5,5 millones a 11,9 millones de personas. En Colombia, el país que recibió la mayor cantidad de migrantes venezolanos, la participación de los inmigrantes aumentó cerca de diez veces durante la última década (partió de un nivel del 0,3% y alcanzó un 3,7 %), dice el estudio.
Los venezolanos representan cerca del 30 % del total de extranjeros que viven en los 13 países analizados.
Los países con mayor proporciones de inmigrantes son Costa Rica (10,2%) y Chile (8,6%). Los países con las menores proporciones de inmigrantes son Brasil y México, donde menos del 1% de la población es extranjera.

También se midió el tiempo de permanencia de los migrantes y se considera “asentados” a quienes tienen más de cinco años viviendo en ese país de destino. “Argentina, Paraguay y Uruguay albergan a las mayores proporciones de inmigrantes asentados: más de dos tercios de los extranjeros han vivido cinco años o más en el país”, dice el estudio. En Argentina casi el 90% son migrantes de largo plazo. Donde recibieron más venezolanos tienen las menores tasas de migrantes de largo plazo: Colombia (solo 25% están asentados), Perú (33%) y Chile (44%).
La mayoría de los migrantes se ubican en las áreas urbanas, según el análisis de 10 países donde hay datos disponibles al respecto. Incluso su representación en las ciudades es mayor en términos porcentuales que los nativos: 81% versus 70%.
El estudio también muestra que la mayoría de los migrantes son jóvenes, lo que alivia las presiones demográficas de muchos países de acogida. La población en edad de trabajar es mayor entre los extranjeros que entre los nativos en el promedio de los países analizados: 72% versus 65%.
“Los extranjeros se concentran en el grupo etario de la población activa que está en su edad de máxima actividad laboral (entre 25 y 54 años): las mayores participaciones corresponden a las personas de entre 25 y 39 años (más del 30 %), seguidos por quienes tienen entre 40 y 54 años (cerca del 20 %)”, explica el estudio.
Fuente: Infobae