Tristeza en la vida cotidiana: 5 ejercicios de la neurociencia para aprender a gestionarla

La tristeza es una emoción normal y generalmente temporaria del ser humano, al igual que la ira, el miedo, la felicidad, entre otras.

A lo largo de la vida, podemos experimentar el sentimiento de tristeza en diferentes circunstancias, tales como ante la muerte de un ser querido, un problema de relación, una separación, la pérdida de un empleo o también a partir de situaciones desafiantes y estresantes que debamos atravesar.

Diversos patrones de pensamiento, tanto acerca de nosotros mismos como sobre el mundo, pueden llevarnos a sentir tristeza. Esta emoción puede manifestarse de diferentes maneras: llorando más a menudo de lo habitual, teniendo dificultad para dormir o durmiendo demasiado, sufriendo pérdida de apetito o comiendo más, perdiendo el interés en las actividades que antes solíamos disfrutar.

Pensar y rememorar experiencias pasadas de tristeza puede ayudar a que nos sintamos con mayor capacidad para lidiar con la tristeza del momento presente, porque ya sabemos que antes la pudimos superar

Pensar y rememorar experiencias pasadas de tristeza puede ayudar a que nos sintamos con mayor capacidad para lidiar con la tristeza del momento presente, porque ya sabemos que antes la pudimos superar

Las formas o estrategias que utilicemos frente a las situaciones que nos producen tristeza, pueden provocar un aumento de la misma o un mantenimiento y duración indeterminada a lo largo del tiempo.

“Es muy importante estar atentos a la evolución de esta emoción, así como también a los cambios que pueden presentarse en su intensidad y frecuencia, que traen consigo la aparición de otros síntomas que pueden conducir a un cuadro depresivo que precisará, en ese caso, de la ayuda de un profesional”, afirma el licenciado Juan Tortorolo, miembro del Departamento de Psicoterapia Cognitiva de INECO.

A continuación, el profesional comparte una serie de ejercicios para aprender a sobrellevar la tristeza de la mejor manera.

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Pensar y rememorar experiencias pasadas de tristeza puede ayudar a que nos sintamos con mayor capacidad para lidiar con la tristeza del momento presente, porque ya sabemos que lo hicimos antes y que lo pudimos superar. De ese modo, vamos a lograr crear estrategias positivas que nos han sido útiles para atravesar esos momentos.

Fuente: Infobae

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