La científica, política y exjefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, de la coalición oficialista Sigamos Haciendo Historia, se convertirá el 1 de octubre de 2024 en la primera presidenta de México.
Entre los invitados a la toma de mando de Sheinbaum estarán varios presidentes latinoamericanos, como Gabriel Boric (Chile), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Luis Alberto Arce (Bolivia), Gustavo Petro (Colombia), entre otros. De los 16 jefes de Estado y de Gobierno que han confirmado, 13 son de Latinoamérica y del Caribe, y tres, de África. Ningún líder europeo en activo ha comunicado su asistencia.
Estados Unidos anunció horas antes que acudirá la primera dama, Jill Biden, en representación de su Gobierno. El mandatario argentino Javier Milei tampoco ha comunicado si asistirá a la cita. Además, la presencia de Nicolás Maduro _cuestionado por las pasadas elecciones en su país_ o algún representante venezolano tampoco está confirmada.
Sheinbaum también extendió una invitación al presidente de Rusia, Vladímir Putin, aunque el gobierno ruso declinó la invitación. Putin no asistirá, pero enviará a uno de sus funcionarios en su representación.
El equipo de Sheinbaum ha explicado en estos últimos meses que no habría “exclusiones” y que, al extender las invitaciones, se limitaría a la “práctica protocolaria” de tender la mano a todos los países con los que México mantiene relaciones diplomáticas, como indicó ante los medios el futuro ministro de Exteriores, Juan Ramón de la Fuente.
Según esta explicación, una vez los países planteasen su “reacción” a la invitación, se empezaría a ver en “detalle” cuál es el nivel de la delegación, a raíz de la polémica que ya se había generado con la invitación extendida al presidente de Rusia, sobre quien pesa una orden de arresto dictada por el Tribunal Penal Internacional.
En todo caso, Ecuador y Perú no tendrá ningún representante ya que no fueron invitados. México suspendió sus relaciones diplomáticas con el primer país, a raíz de la captura del exvicepresidente Jorge Glas que se encontraba asilado en la embajada de ese nación que está en Quito.
Mientras que la relación México – Perú está estancada desde febrero de 2023, cuando Dina Boluarte declaró en un mensaje a la nación que “las relaciones diplomáticas entre Perú y México quedan formalmente a nivel de encargados de negocios”, tras su disposición de retirar definitivamente al embajador peruano en el país norteamericano.
“El señor López ha decidido apoyar el golpe de Estado que diera el ahora expresidente Pedro Castillo el 7 de diciembre de 2022, el mismo que generó el rechazo unánime de las instituciones que integran el orden democrático en el Perú y la decisión del Congreso de la República de vacarlo (destituirlo) en el cargo con el voto de 101 de sus 130 parlamentarios”, argumentó Boluarte en ese entonces.
La presidenta electa dijo a finales de julio que ni el mandatario ecuatoriano Daniel Noboa ni la peruana están en la lista, “obviamente”, porque México “no está de acuerdo con la política que se ha tenido” tanto en Ecuador como en Perú.
Quien tampoco está invitado a la ceremonia es el rey español Felipe VI, un hecho sin precedentes en la relación que España y la Corona han tenido con los países de América Latina y en la representación del monarca en las tomas de posesión de los mandatarios.
La respuesta del Ejecutivo de Pedro Sánchez al veto ha sido no participar en la ceremonia de traspaso de poder el próximo 1 de octubre como protesta por un gesto que ahonda en la crisis diplomática que abrió el presidente mexicano saliente, Andrés Manuel López Obrador, en marzo de 2019, cuando pidió a Felipe VI que se disculpara por el pasado colonial de España.
Fuente: El Universo
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