Ecuador tendrá 21,2 millones de habitantes en el año 2050, según proyección del INEC

En las siguientes dos décadas, la población ecuatoriana aumentará de 17,7 millones de habitantes —según el censo de 2022— a 21,2 millones de habitantes en el año 2025, lo que representa un incremento de 3,5 millones de personas, de acuerdo con la última proyección poblacional elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), que fue presentada el jueves 19 de septiembre.

La proyección es una estimación del crecimiento poblacional a largo plazo. Su resultado puede ser distinto al censo que se realice en ese año, porque un censo es como “una fotografía” que retrata un momento específico, aclara Christian Garcés, responsable del equipo de proyecciones y director de Infraestructura Estadística y Muestreo del INEC.

Las proyecciones, más que el propio censo, sirven para la elaboración de políticas públicas, asignaciones del presupuesto general del Estado (PGE), planificación en materia de vivienda, educación, salud, seguridad social, entre otros, explica Garcés.

El estudio del INEC también recoge datos relacionados con fecundidad, mortalidad, esperanza de vida y migración, analizados desde el año 1950.

Al año 2035, las provincias de Morona Santiago y Orellana serán las que más crecerán, en un 19,2 % y 17,8 %, respectivamente; Guayas y Pichincha crecerán en el orden del 10,2 % y 6,6 %, en su orden.

Otro de los indicadores revela que la fecundidad ha descendido. En 1950 una mujer tenía 6,8 hijos en promedio; para 2022 ese promedio se redujo a 1,86, y para 2050 se estima que sea de 1,7 hijos. Entre los factores que inciden en este cambio están el uso de métodos anticonceptivos, la situación económica del país, el nivel de educación de las mujeres, mayor involucramiento en el mercado laboral, el aplazamiento de la fecundidad, así como del matrimonio.

Llaman la atención las cifras porque se encuentran por debajo del “nivel de reemplazo” poblacional, que es de 2,1 hijos por mujer. Garcés dice que, “cuando estamos por debajo de ese nivel, ya no garantizamos el reemplazo de la población o de la generación anterior. Cada vez la pirámide poblacional se está haciendo más estrecha en su base”.

Añade que “entramos a un proceso de cambio demográfico” porque, de acuerdo con el estudio, hay menos nacimientos, mientras que aumenta la esperanza de vida. “Estamos en un camino de envejecimiento de la población”, describe.

Lo anterior se basa en que en el año 1959 la esperanza de vida era de 46 años, para los hombres, y 48 años, para las mujeres. En tanto, para el año 2050 se prevé que, en promedio, los hombres vivirán hasta los 79 años y las mujeres hasta los 85.

Garcés resume que las mujeres viven más años que los hombres. Sin embargo, precisa, las cifras también exponen que se producen más nacimientos de hombres que de mujeres, alrededor de 105 nacimientos de hombres por cada de 100 mujeres. “En el transcurso de la vida, el hombre está más expuesto a la muerte: peleas, accidentes de tránsito, alcoholismo, drogadicción… Ahora, actualmente, también podría ser que el hombre está más cercano a la muerte por el tema de violencia”, comenta el técnico.

Que la expectativa de vida haya mejorado, de manera general, se debe, principalmente, a mejores condiciones de vida, más acceso a medicina, reducción de la mortalidad infantil, mayor cobertura de los establecimientos de salud y educación, y mejoras en infraestructura urbana, detalla el experto.

En la actualidad, a 2024, la mayor esperanza de vida se encuentra en las provincias de Pichincha (81,9 años), Galápagos (81,5), Azuay (80,8), Loja (80,1) e Imbabura (80,1).

Al contrario, las cuatro provincias con la menor esperanza de vida son:

  • Manabí: 75,2 años
  • Esmeraldas: 75,1 años
  • Los Ríos: 75,1 años
  • Orellana: 74,8 años
  • Guayas: 74,7 años

Garcés comenta que las provincias que menos expectativa de vida tienen actualmente coinciden con los lugares donde existen mayores índices de violencia; no obstante, aclara que no se puede asegurar en este momento que la esperanza de vida en esas cuatro provincias se debe exclusivamente a la inseguridad y violencia, pero “es un componente que debe ser estudiado”.

En cuanto a migración, el técnico explica que es complicado levantar esta información porque se dispone de menos fuentes de información oficial, porque existen puntos de salida ilegales. La principal fuente de apoyo es el censo poblacional, registros administrativos de entradas y salidas del país, estudios internacionales, noticias y registros administrativos de otros países.

Con todo esto se concluye que actualmente “se identifica una nueva ola migratoria”. Según el reporte del INEC, “existe un alto movimiento de personas para el año 2022, llegando casi a niveles observados durante la ola migratoria de los años 2000″.

“Estamos viviendo una nueva ola migratoria”, confirma Christian Garcés, y muestra que ahora las provincias con más flujo migratorio son las que están en el Austro, pero también las de la frontera norte: Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos. Antes, en el año 2000, Esmeraldas y Sucumbíos no presentaban los mismos saldos de 2022.

Garcés señala que desde el año 2018 se empezó a tener “pérdida de población”, que está relacionada con la salida de población ecuatoriana y también con movimiento de ciudadanos venezolanos que se encontraban en el país y lo abandonaron. Estados Unidos sigue siendo el principal destino a donde llegan los migrantes que salen de Ecuador. (I)

Diario El Universo

COMPARTIR ESTA NOTICIA

Facebook
Twitter

FACEBOOK

TWITTER


Warning: Undefined array key "feed_track" in /home/kchfm/public_html/wp-content/plugins/ultimate-twitter-feeds/includes/classes/Utfeed.php on line 61