El presidente colombiano, Gustavo Petro, condenó este martes el ataque de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Aracua, en el este del país, que dejó dos soldados muertos y 27 heridos, y aseguró que “es una acción que cierra un proceso de paz con sangre”.
Petro también calificó el hecho de dramático y añadió: “Las consecuencias de las acciones y del flujo de la historia hoy nos traen un hecho dramático, repetido en nuestros últimos años, una volqueta cargada de explosivos que hiere 27 jóvenes y mata dos, dentro de los datos que tengo, puesta por el ELN con quien estábamos conversando de paz”.
El mandatario dejó entrever que el proceso podía llegar a su fin tras el atentado, pero no ha habido una confirmación oficial por parte de la Presidencia ni tampoco por los negociadores con la guerrilla más longeva del país.
El mandatario hacía referencia al atentado en el que fueron asesinados dos soldados este martes en un ataque a la base militar de Puerto Jordán, en el departamento colombiano de Arauca, en el este del país. El ataque fue atribuido a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y dejó también 27 soldados heridos, varios de ellos de gravedad, según confirmó el Ministerio de Defensa de Colombia.
El ataque fue realizado con artefactos explosivos improvisados y fue lanzado desde una volqueta. Esta habría sido abandonada y calcinada cerca de la base militar de Puerto Jordán, ubicada en la localidad de Arauquita. Según el Ejército, la volqueta estaba acompañada por dos motociclistas, quienes fueron capturados tras el incidente.
“Lamentamos informar que, pese a los esfuerzos médicos, dos de los soldados profesionales heridos no lograron sobrevivir debido a la gravedad de sus lesiones. Enviamos nuestras más sentidas condolencias a sus familias”, expresó el Ministerio de Defensa a través de su cuenta en la red social X. Los soldados fallecidos han sido identificados como Julián Patiño Arango y Bayron Andrés Correa Vargas.
“Este ataque terrorista, atribuido al grupo armado organizado ELN, Frente de Guerra Domingo Laín Sáenz, se realizó en cercanías de un colegio, lo que puso en riesgo la vida de menores de edad, y constituye una flagrante violación de los derechos humanos y una grave infracción al derecho internacional humanitario”, indicó el Ejército en un comunicado.
Negociaciones con el ELN, en el limbo
El proceso de paz entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Gobierno colombiano, que comenzó en noviembre de 2022, se encuentra en un momento crítico debido a tensiones internas y desacuerdos fundamentales. Las negociaciones, que en un principio parecían prometedoras, se estancaron a principios de este año cuando la guerrilla exigió su exclusión de la lista de grupos terroristas y la suspensión de diálogos regionales con otros actores, como los Comuneros del Sur, supuestamente una facción escindida del ELN.
Durante las rondas de negociaciones celebradas en Caracas, La Habana y Ciudad de México, las partes habían alcanzado un acuerdo histórico: el cese al fuego bilateral más largo pactado con el ELN, de un año de duración. Sin embargo, este alto al fuego expiró el 3 de agosto, sin renovación, lo que llevó a una reanudación de los ataques por parte del grupo guerrillero.
Desde entonces, el ELN ha intensificado su ofensiva contra la fuerza pública y la infraestructura del país, especialmente en el departamento de Arauca, donde su presencia es significativa.
Arauca, un departamento fronterizo con Venezuela, es escenario de intensos conflictos armados. El ELN, junto con disidencias de las FARC y grupos dedicados al narcotráfico y tráfico de personas, mantiene una fuerte presencia en la zona, donde la violencia ha afectado tanto a civiles como a integrantes de las fuerzas de seguridad. Hace apenas unos días, dos soldados fueron asesinados en un ataque similar en una zona rural de Tame, también atribuido al ELN.
Además de los ataques a las fuerzas militares, el grupo insurgente realizó atentados contra importantes infraestructuras del país, como los oleoductos Caño Limón-Coveñas y Bicentenario, que transportan petróleo desde los pozos de Arauca hasta el puerto de Coveñas en el mar Caribe.
Petro, que ha apostado fuertemente por el proceso de paz, manifestó su frustración con la situación actual. “Y es como un eterno devenir, silenciar una parte del pueblo y seguir en guerras, matándonos entre nosotros una y otra vez, como si esa fuera nuestra historia”, lamentó el mandatario.
Sin embargo, recientemente, el presidente firmó una resolución que autoriza la instalación de una nueva mesa de diálogos con Comuneros del Sur, una decisión que ha generado tensiones tanto dentro del Gobierno como con el ELN.
El ELN acusa al líder de esta facción, Gabriel Yepes Mejía, conocido como ‘HH’ o ‘Samuel’, de ser un infiltrado de la inteligencia militar. Consideran que la creación de esta nueva mesa es una maniobra del Gobierno para debilitar a la guerrilla, lo que ha provocado la paralización de las negociaciones nacionales.
El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, fue contundente en su crítica hacia el ELN: “No puede seguir una mesa de negociaciones en medio de la sangre de nuestros soldados heridos, de la población civil. El ELN no entendió el mensaje (…) ha perdido una oportunidad histórica para negociar la paz; insiste en la violencia”. Cristo añadió que “al ELN, definitivamente, lo dejó el tren de la historia”. Queda por ver si este ataque pone un punto final a una de las promesas más importantes del primer mandatario de izquierda de Colombia, que llegó al poder —en gran medida— por sus robustas propuestas para alcanzar la paz en el país.
Fuente: France 24
