Desde su departamento en Asunción, el expresidente de la República, Lenín Moreno, habla con EL UNIVERSO vía Zoom sobre la coyuntura política ecuatoriana y los procesos legales que se siguen en su contra.
No desaprovecha la oportunidad para enlistar los logros de su gestión, siendo el principal, a su juicio, el haber rescatado la institucionalidad del país destruida por su excoideario y antecesor en la Presidencia Rafael Correa. Pero también dice que construyó casas, escuelas y hospitales que se entregaron en el gobierno de Guillermo Lasso y aún en el de Daniel Noboa, y que renegoció de manera exitosa la deuda externa. Lamenta que los niveles de inseguridad en el país hayan escalado a los niveles alarmantes de estos días, pero aclara que la violencia empezó a gestarse en la administración de Correa en la que se dio legalidad a grupos de delincuencia organizada que ya tenían relación con el narcotráfico, se expulsó a los militares estadounidenses de la base de Manta, en Manabí, y se implementó la tabla de consumo de drogas.
Afirma que el problema creció en el gobierno de Lasso que, según él, quizás no tuvo las suficientes decisión y entereza para luchar contra estos grupos como la que dice que sí hubo en su gobierno.
Y Noboa se enfrenta al fruto de esos errores con mucha juventud y escasa experiencia. Una mezcla peligrosa.
¿Qué opina de la gestión de Daniel Noboa?
El presidente Noboa empezó con mucho entusiasmo. Ventajosamente le acompaña una característica importante que da dinamismo, creatividad, impulso, que es la juventud. Él y su equipo han brindado bastante frescura a la gestión de gobierno, pero al mismo tiempo creo que se ha descuidado la importancia que tiene la experiencia. Los jóvenes pueden tener más y mejores conocimientos, pero si no se cree mucho en la experiencia, por lo menos hay que tenerle respeto. Creo que eso ha faltado. Y si es que el presidente me permite una sugerencia, por favor, es que una a su gobierno la experiencia de tantas y tantas personas que podrían aportarle muchísimo. Me excluyo yo, por supuesto.
¿Y por qué usted no?
Bueno, si es que al igual que el presidente de acá, me llama de vez en cuando a consultar, yo lo haría con mucho gusto. No faltaba más. En algún momento, por medio de las redes, algo le dije. Me agradeció muy gentilmente, pero no se ha vuelto a presentar la oportunidad.
¿Y en qué cosas cree usted que se le nota la falta de experiencia?
Sin duda, desde el lenguaje que se utiliza. Los jóvenes ahora no son muy duchos en el manejo de la ortografía, de la dicción, como nos formaron nuestros profesores de la escuela y el colegio, y a veces el discurso es un poco incomprensible. En más de una ocasión yo creo que se ha nombrado (en cargos) a personas sin conocimiento acerca de algunos temas, pero creo que se lo va corrigiendo en el camino. No olvidemos que es un gobierno bastante corto y que el presidente necesita tomar decisiones rápido porque se le viene el tiempo encima. Además, es un presidente-candidato y por ello puede caer en la tentación de hacer ofrecimientos o de entregar dádivas que a lo mejor no corresponden a la economía ecuatoriana.
¿En qué medida la pugna de Noboa con la Asamblea Nacional está afectando la gobernabilidad del país?
Los asambleístas suelen ser el blanco de todos los ataques. Y eso generalmente es porque en la Asamblea existe una variopinta cantidad de legisladores de todo tipo clasificándolos por su posición política, su capacidad, su idoneidad, su ética, su moral, etcétera. La Asamblea ahora está dirigida por un hombre que yo considero serio, Henry Kronfle, que trata de llevar adecuadamente la gestión legislativa.
El presidente Noboa los ha acusado de querer declararlo loco…
Yo no sé si loco está, a lo mejor no lo está. En más de una ocasión creo que hace cierto tipo de acciones que los que ya tenemos casi 72 años de recorrido las vemos como medio locas. Pero así son nuestros jóvenes. Son locos, pero siguen avanzando.
¿Qué le parece que haya 17 binomios en carrera electoral? ¿Eso puede dispersar el voto?
Pero en cambio da la posibilidad de decidir. Francamente, no me gusta la idea de que existan 17 candidaturas, pero no nos olvidemos que de acuerdo con la ley electoral podrían ser 100 perfectamente y el electorado tendría que escoger de entre esos 100. De todas formas, allí está el espíritu democrático de cada ecuatoriano. Deberá saber valorarlos no solamente desde el razonamiento, sino desde la capacidad intuitiva que tenga.
¿La figura del presidente candidato le resta oportunidades de competir al resto de aspirantes? ¿Cómo afecta a la gestión de gobierno?
Lastimosamente la Constitución no le permite al presidente electo (en los comicios anticipados por la muerte cruzada) cumplir los cuatro años de gobierno para poder llenar las expectativas de sus ofertas en campaña y sus propias expectativas con respecto a lo que quisiera que sea el Ecuador. Año y medio es poco tiempo. Yo creo que hay que cambiar la Constitución y permitir que el candidato que gane (tras la muerte cruzada) gobierne cuatro años, no únicamente el periodo que falta para que concluya el del presidente anterior. Nada más inoficioso que trabajar al apuro porque se pueden cometer muchísimos errores. Por eso es que yo hubiera preferido que el presidente no sea candidato ahora, pero que cumpla sus cuatro años de gobierno.
Hablando de candidatos. Ya en las redes sociales se habla de que el candidato a la Vicepresidencia de Luisa González, Diego Borja, es un nuevo Lenín Moreno porque en su momento fue crítico de Rafael Correa y apoyó su consulta popular.
Pero es que no puede ser un Lenín Moreno bajo ninguna circunstancia. Yo cumplí con mucha lealtad mi gestión cuando fui vicepresidente. Jamás opiné negativamente con respecto al presidente, pero sí le manifesté frontal y valientemente lo que opinaba con respecto a varios temas, como la libertad de expresión. Inclusive con respecto a la decisión de (enjuiciar) EL UNIVERSO, siempre le manifesté que era un artificio de abogados.
Procesos judiciales en marcha
En estos días debe instalarse la audiencia de evaluación y preparatoria de juicio del caso Sinohydro en el que están procesados usted y algunos de sus familiares por cohecho. ¿Cree que la Fiscalía tiene los suficientes elementos de prueba para llevarlos a juicio? (La audiencia estaba prevista para este lunes 16 de septiembre, pero se difirió y no se ha establecido la fecha).
No, todo lo contrario. Nosotros, respetuosos como somos de la institucionalidad, hemos presentado todas las pruebas por las cuales la señora fiscal se dará cuenta de que lastimosamente le han dado información de manera desacertada… Ya llegó, por ejemplo, la certificación de España de que ni mi familia ni yo tenemos ningún tipo de bien en ese país. Sobre el departamento que yo compré, del cual se había manifestado que era de más de $ 500.000, llegó la certificación del peritaje que exige la Fiscalía, indicando que el valor correspondía completamente a la compra, es un departamento en el que debo casi la totalidad todavía… Y así cada uno de mis familiares ha hecho la presentación de las pruebas. Entiendo que la señora fiscal no va a hacer la acusación. Lo que que me daría tal vez un poco de recelo, se lo digo con toda sinceridad, es que a lo mejor se tome decisiones para la tribuna, a lo mejor pensando en que los correístas no digan que (la fiscal) está tomando decisiones parcializadas y, claro, las víctimas sean mis familiares o yo. Pero la señora fiscal tiene los elementos, están en sus manos. Pero yo quisiera recordar algo al respecto. Se ha manifestado que yo destrabé el proyecto Coca Codo Sinclair y que coadyuvé a que Sinohydro tengo el contrato. Nada más falso. Recordemos que Correa le encargó a Glas las obras que se llamaban “emblemáticas”. Él manejó absolutamente todo, el contacto, la contratación, el financiamiento, etcétera. En el 2010, él se fue a a a China a conseguir el financiamiento… Ninguna de las personas que trabaja en el proyecto puede decir que jamás recibió una llamada mía, entonces no entiendo en qué momento participé de este tema. Yo ni estuve presente cuando se entregó la obra, vino el presidente Xi Jinping y la inauguró con el presidente Correa y el vicepresidente Glas. Ellos cometieron el error de devolver el 5 % de la garantía sin verificar primero si la obra estaba a satisfacción, lo cual hubiera ayudado que el Ecuador pueda resarcirse en algo de los gastos de reparación. Y, además, fue en mi gobierno que decidimos investigar qué es lo que pasaba con Coca-Codo, encontramos miles de fisuras, e hicimos la demanda a nivel internacional que luego de unos meses se ganó. Lastimosamente la Fiscalía, no la señora fiscal (Salazar) sino otra que no recuerdo el nombre, aceptó la denuncia del delincuente Ronny Aleaga.
¿Usted cree, como otros excoidearios correístas suyos, que existe una persecución política en su contra de parte de la fiscal?
No, no creo. Yo todavía quiero creer que el comportamiento de la fiscal es correcto. No faltaba más. Pero se ha equivocado. Y yo creo que tendrá la entereza de decir que se ha equivocado. Todos nos equivocamos. A lo mejor el momento es bastante sensible para ella como para manifestar ese tipo de equivocaciones, pero lastimosamente esto nos ha afectado terriblemente.
Usted me dice que a la fiscal la han malinformado. ¿Quiénes?
El correísmo es el que desinforma. El correísmo tiene, por supuesto, en todas partes, sus quintacolumnistas.
¿Usted no tiene previsto retornar a Ecuador para enfrentar este proceso?
Tengo una persecución tenaz del correísmo. Desde el momento en que manifesté mi opinión de que el correísmo había sido nefasto para el país y que la reelección indefinida no es un recurso que debe tener un presidente en ejercicio, no volví a conversar jamás ni con el expresidente ni con ninguna persona vinculada al correísmo. Ese es un error en el que creo que se ha caído luego de mi gobierno.
No me respondió si vendría…
Yo me he excusado de viajar, una o dos veces anteriormente, por el tema de mi salud. En privado podría decirle qué es lo que tengo y que me ha impedido por dos años viajar, a pesar de que tengo compromisos en el exterior, como suele ocurrir con exmandatarios y por ser miembro de la organización de expresidentes IDEA. (El expresidente no puede permanecer mucho tiempo sentado).
¿Usted cree que la fiscal debió ser sometida a juicio político?
En ese juicio había demasiada perversidad. Sin duda la Asamblea tiene derecho a llamar a juicio político, pero se reunió la Comisión de Fiscalización, y cualquiera que haya sido el procedimiento que se utilizó, ya lo descartó completamente… Eso hizo que los correístas manifiesten su feroz contradicción, lastimosamente ellos obran por orden del expresidente Correa, que es un sujeto que se ha vuelto completamente siniestro. Y seguramente les ha dicho que vayan hasta las últimas consecuencias.
También tiene usted otra investigación abierta por la pérdida de objetos del Museo de Carondelet.
Por favor, eso es una payasada de la señora (Pamela) Aguirre. Como si las cosas que son de Carondelet uno pudiera llevárselas a la casa. Eso no puede suceder porque hay personas que son responsables de custodiar esos objetos, entre esos la Guardia Presidencial. Si es que algo se ha perdido, pues hay que hacer la acusación respectiva a quienes tenían la obligación de salvaguardar esos bienes. Cuando la Fiscalía, cuando Contraloría visitaron la Presidencia, la Guardia Presidencial les dijo que no faltaba absolutamente nada.
Su vida en Paraguay
Usted ya tiene tres años viviendo en Paraguay como comisionado de la Organización de Estados Americanos (OEA) en temas de discapacidades. ¿Cómo está desarrollando su trabajo?
En primer lugar, concienciando. Le cuento que en Asunción y en otras ciudades de Paraguay, usted jamás verá a una persona en silla de ruedas por la calle. Nunca. En el mejor de los casos se las ven en algún centro comercial o en algún evento porque han sido llevadas en vehículo, pero no se han transportado en medios públicos o por las veredas. Esto es porque no hay accesibilidad. Una de las cosas que estamos permanentemente recalcando a los municipios es la necesidad de la accesibilidad. Los recursos son completamente escasos, la verdad es que mucho entusiasmo no existe. Pero así es el proceso, al principio se inicia con dejadez, con falta de preocupación, pero de a poco se va concienciando. Hemos tenido permanentes contactos con las personas con discapacidad para manifestarles que deben exigir sus derechos, de acuerdo con lo que dice la Convención de las Naciones Unidas para el tema de la Discapacidad y el Protocolo facultativo respectivo. Hay que reclamar porque es un derecho que firmó el presidente en su momento acá y que lo ratificó el Congreso de Paraguay.
Usted debía presentar un plan piloto de su proyecto al gobierno de Paraguay. ¿Lo hizo?
Sí. Hay países en los cuales existe apertura y dentro del Gobierno hay personas que quieren hacer una transformación radical. En este momento se da la expectativa de que la esposa del presidente se abandere de un proyecto, si no igual, con algunas características similares, a la Misión Manuela Espejo. Ella tiene una extremada sensibilidad. Ojalá podamos lograr ese objetivo. Mientras tanto, seguimos visitando a las personas con discapacidad, a las organizaciones que trabajan por y para las discapacidades, para seguir concienciando a la gente sobre sus derechos.
¿Y cómo es la vida allá en Paraguay? ¿Dónde vive, de qué vive?
Yo vivo en un departamento pequeño. No vivo pobremente porque el retiro me permite tener dignidad. No me sobra el dinero. Yo no puedo darme lujos. Yo vivo siempre, como suelen decir los ecuatorianos, “alcanzado”… Una de las razones, y se lo digo con toda sinceridad, que me lleva a venir a Paraguay es que acá la vida es barata, los servicios son baratos. En más de una ocasión hemos conversado con mi esposa que si no me alejaba del correísmo quizás en este momento estaría bastante protegido por los gobiernos que usted perfectamente conoce y estuviera dando la vuelta al mundo dando conferencias a veces en aviones privados y yendo a hoteles de lujo.
Usted recibe la pensión de expresidente, eso le debe alcanzar.
Sí, yo recibo, seguramente, la pensión más baja de entre todos los expresidentes, porque recordará que nosotros nos rebajamos los sueldos. Y le comento algo: pienso que es justo dar a los expresidentes una pensión porque después la vida se vuelve extremadamente compleja, difícil. Usted no sabe las piruetas que hay que hacer para pagar las pericias, los abogados, etcétera, etcétera… Porque yo no tengo dinero, como los miembros de la Revolución Ciudadana.
¿Qué extraña de Ecuador?
Todo, absolutamente todo. Extraño a mi patria. A mi patria chica que era la Amazonía ecuatoriana, a la cual viajaba con frecuencia. La belleza de Quito y de las ciudades de la Sierra, el dinamismo de Guayaquil y de las ciudades de la Costa… La comida. Extraño a todos aquellos que siempre estuvieron prestos a brindarnos su mano blanca para el diálogo. Lo que no extraño es el comportamiento feroz que tienen algunos grupos políticos con sus adversarios políticos.
Fuente: El Universo
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